El Festival de Música y Danza de Granada volvió a llenar el Palacio de Carlos V con un público expectante ante la presencia de la pianista Martha Argerich, que vuelve al Festival tras 41 años de su primera visita. La dama del piano contemporáneo viene en esta ocasión acompañada de Renaud Capuçon, un violinista de gran proyección en Europa con una probada carrera interpretativa. Juntos dedicaron la velada a las sonatas para violín y piano del siglo XIX y comienzos del XX. Para la ocasión ha decidido rendir culto a las sonatas para violín y piano, un género en el que el piano brilla no solo por sí mismo, sino por su capacidad narrativa junto al violín, generalmente muy virtuosístico.
El concierto se abrió con una sonata temprana de Ludwig van Beethoven, la Sonata para violín y piano núm. 8 en sol mayor op 30/3 que escribiera en 1802. La pieza se inicia con un Allegro aparentemente carente de conflictos, alegre y optimista. Más misterioso se muestra el autor en el segundo movimiento Tempo di Minueto con muchas preguntas en la parte del piano y pocas respuestas, en el que el violín tiene un papel más etéreo. Sin embargo, el solista vuelve a retomar importancia en el Allegro Vivace final, muy dinámico y alegre en ambas partes, con momentos divertidos e irónicos. Este muestrario de emociones y dialécticas fue el marco ideal para que Martha Argerich y Renaud Capuçon evidenciaran ante el público granadino la buena sintonía y entendimiento que hay entre ellos: dos fieras de la interpretación uniendo sus fuerzas con un resultado deslumbrante y sobrecogedor.
Ya del siglo XX se interpretó la Sonata para violín y piano núm. 2 en re mayor op. 94a de Serguéi Prokófiev, transcripción de la sonata que el autor escribiera para flauta durante Segunda Guerra Mundial. De virtuosismo ligero y carácter desenfadado, se estructura en cuatro movimientos contrastantes en ritmo y carácter. Iniciada con un Moderato bitemático de carácter romántico, rápidamente evoluciona hacia un Scherzo rápido y contorneado de motivos danzables, que casi sin solución de continuidad desemboca en el Andante misterioso y soñador, donde la romanza del violín se erige como protagonista.
El Allegro con brio final de hermosos pasajes virtuosísticos donde el autor vuelca todo su conocimiento técnico de ambos instrumentos. Nuevamente, Argerich y Capuçon demostraron una sincronía perfecta en cada movimiento, siendo fieles al complejo discurso de Prokófiev sin sacrificar ni un ápice de expresividad. La nitidez del violín y la rotundidad del piano evidenciaron no solo el virtuosismo y dominio técnico de ambos artistas, sino también su capacidad para amoldarse a distintas estéticas y estilos dentro de un mismo recital con enorme musicalidad y calidad.
El programa lo cerró la Sonata para violín y piano en la mayor de César Franck, escrita en 1886 por encargo del matrimonio Eugène Ysaÿe y Louise Bourdeau. Al escucharla se pone en evidencia que, en esencia, las tres obras del programa son muy cercanas en su concepción estructural. Articulada también en cuatro movimientos, cada uno de sus partes es todo un ejercicio de composición para violín y piano al explorar todas las posibilidades técnicas de ambos instrumentos en un perfectamente ensamblado discurso.
El autor muestra, pese a su carrera eminentemente como pianista y organista, una profunda comprensión de la escritura idiomática de ambos instrumentos, cualidad que aprovechó el dúo Argerich-Capuçon para realizar una interpretación sublime, en la que se mantuvo la respiración para no romper la magia que se creó en el escenario. La prolongada ovación de un Palacio de Carlos V prácticamente lleno (dentro de las limitaciones de aforo) se prolongó durante más de cinco minutos, y persuadió a los intérpretes a ofrecer como bis un movimiento de la sonata de Beethoven.
Gonzalo Roldán Herencia
69 FESTIVAL DE GRANADA
Programa: Ludwig van Beethoven, Sonata para violín y piano núm. 8 en sol mayor op 30/3; Serguéi Prokófiev, Sonata para violín y piano núm. 2 en re mayor op. 94a; César Franck, Sonata para violín y piano en la mayor.
Martha Argerich (piano) y Renaud Capuçon (violín)
Fecha y lugar: Palacio de Carlos V, 13 de julio de 2019
Foto © Jose María Grimaldi