Excelente dirección y programa de la orquesta invitada en el ciclo sinfónico de la OCNE: Orquesta Sinfónica de Galicia, con un ejemplar desempeño musical de Dima Slobodeniouk desde un podio convincente de principio a fin, y una propuesta generosa por potencial instrumental y complejidad.
Una agrupación, la OSG, que se presentó en el Auditorio Nacional de Música con todas sus galas y envidiable generosidad en su elenco. Un espléndido plantel que recordaba otras épocas…, con sus tres arpas, sus dos juegos de timbales en una copiosa percusión, piano, celesta... e, incluso, con el viento madera "a cuatro" en dos de las piezas más destacadas... ¡familias instrumentales enteras…! (o casi... como la sección de clarinetes misma).
Pero quizás una de las cuestiones más sorprendentes fue la solidez a la postre, de todo el programa en su conjunto. La coherencia del arriesgado tríptico de piezas depositadas sobre los atriles.
Such Places as Memory (literalmente: “Tales lugares como memoria“) de Fernando Buide del Real planteó una atmosfera inquieta de vistosa orquestación que, en simetría, tenía ya de inicio, referencias claras con el Stravinsky final, el plato fuerte con que se remataba este rotundo programa: el célebre ballet El pajaro de fuego.
Sin ser su única referencia ni mucho menos, junto con otras reconocibles formaron un amalgama estético de indudable brillantez orquestal.
La segunda pieza añadía algunos atriles más a aquella poderosa "madera a tres" inicial, para alcanzar una sección de viento madera "a cuatro" que permanecería, así, hasta el final del concierto.
Esa-Pekka Salonen es bien conocido por su condición de director de prestigio en la fértil hornada de personalidades finlandesas sobre este podio, de la que, por cierto, Slobodeniouk es, sin lugar a dudas, virtual ejemplo.
Sin embargo, su obra como creador lógicamente ha tardado más en alcanzar nuestros escenarios. Escuchamos su ambiciosa: Géminis. Amplio y versátil empleo idiomático de los diferentes grupos instrumentales, fuertemente dotados como ya describí, y siempre al servicio de las sinergias de conjunto.
De nuevo, todo un ejercicio de virtuosismo de dirección de Dima Slobodeniouk, con una orquesta entregada a estas páginas de enorme dificultad. Un verdadero "Concierto para orquesta" como el que más del repertorio, en un solo movimiento eso sí, y en un lenguaje que se desprende más de los recursos y potencial de cada sección instrumental que de otros pormenores (o "pormayores") estéticos de tradición versus vanguardia.
Tras el descanso (un más que merecido descanso, hoy), venía el supuesto plato fuerte sobre el papel, que mucho me temo que, con lo ya escuchado, le quedaba poco margen de sorpresa tímbrica o contundencia si no fuera por... la maestria, inspiración y savoir-faire de todo un Igor Stravinsky. Cualidades que se dieron la mano en esta versión de concierto del ballet completo: El pájaro de fuego.
Una obra catártica donde aquella atmósfera de oropel y brillantez orquestales servían a un bien abiertamente superior, al margen de la ausencia obligada de la escena y la danza.
Espectacular y contundente segunda parte, pues, donde la habilidad directorial del finlandés tenía un premio más allá de la convincente fascinación técnica previa, por mor de una inmortal partitura para el ballet, hoy en "versión de concierto": El pájaro de fuego.
Luis Mazorra Incera
Orquesta Sinfónica de Galicia / Dima Slobodeniouk.
Obras de Buide, Salonen y Stravinsky.
OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.