Con el estreno absoluto, obra encargo de la Orquesta y Coro Nacionales de España y el Centro Nacional de Difusión Musical a Benet Casablancas: Concierto para violín "The Door in the Wall" (H. G. Wells), arrancó, pleno de sana expectación, el programa de viernes y temporada de la citada orquesta dirigida por David Afkham con la solista Leticia Moreno.
Una partitura sólida y fluida, próxima a la medida hora de duración, en la línea de los conciertos del repertorio violinístico y, en la perfilada estética ecléctica y formal, de Casablancas.
Un violín solista casi omnipresente, de recia personalidad y protagonismo, protagonizado por una espléndida virtuosa, plena de sonido y carácter.
Tour de force en toda regla construido sobre estos dos pilares básicos de la interpretación, que enalteció las cualidades musicales de Leticia Moreno en un contexto ciertamente exigente, como supone un estreno (y de esta envergadura, además), en especial de cara a un público reacio a novedades, siempre, "non petitas" (- Chapeau!, pues).
La segunda parte nos ofrecía un Anton Bruckner de altos vuelos poco o nada transitado.
Su Sexta sinfonía parte de terrenos conocidos y trillados con éxito por el autor austriaco, de eximia realización en su poderoso Majestuoso con mayestática coda, y el, "muy solemne" Adagio, una obra en sí misma…, para adentrarse después en otros terrenos bastante más arriesgados en los dos movimientos que cierran.
Una versión equilibrada y conforme, donde se destacó este Adagio interior, interior en todas sus acepciones, íntimo también, que dio la impresión de absoluta compleción en el silencio que sigue a su cadencia y el corte final. No se necesitaba ya más (como en aquella ¿"Incompleta"? de Schubert, quizás pensarán ustedes… por no mentar la Novena del propio Bruckner…).
Y sí, Afkham y la Nacional lograron mantener este estimulante listón de tensiones marcado por el Adagio, en los más convulsos movimientos que le sucedieron.
Una versión a la postre, equilibrada y directa, sin amaneramientos estéticos, ralentizaciones injustificadas ni efectismos fatuos, basada en la forma y, también, en el parentesco estético, no tanto con el cacareado Wagner que acarrea y acata con personal humildad, como con el espíritu imperecedero de un Schubert compatriota y cercano.
Luis Mazorra Incera
Leticia Moreno, violín.
Orquesta Nacional de España. David Afkham, director.
Obras de Bruckner y Casablancas.
OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.