Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Sin prisa, sin estrépito (Arcadi Volodos) - por Sol Bordas

Madrid - 27/05/2021

Con una luz tenue sobre el escenario y una silla con respaldo en vez de banqueta para el piano sale Arcadi Volodos al escenario como el que entra en su casa.

El comienzo de la sonata en Sol mayor, op. 78 de Schubert con sus largos y lentos acordes surgen de la intimidad del pianista como un reflejo del mundo interior del compositor.

De la manera de tocar de Schubert tenemos un texto escrito por su gran amigo Albert Stadler que dice: “verle y oírle tocar sus composiciones era un verdadero placer. Un magnífico toque, mano tranquila, modo de tocar claro, pulido, pleno de discernimiento y sensibilidad”.

Podríamos aplicar esto al propio Volodos, ambos músicos en perfecta comunión.  Esta sonata compuesta en 1826 fue la última que Schubert publicó en vida y si en su momento no fue muy bien aceptada en la actualidad es una de las favoritas de muchos de los grandes pianistas. En su versión Volodos mantuvo la calma, alterándose lo justo cuando lo pide el texto, haciéndonos oír voces sumergidas entre la armonía, cantando, organizando, bailando y exponiendo la textura y la estructura de esta obra de arte como si de un lienzo sonoro se tratara.

Tras una breve ausencia en que el pianista salió del escenario indiferente a los aplausos, quizá para no perturbar su ensimismamiento, volvió al piano con las Piezas op. 118 de Brahms. Compuestas en 1893 y dedicadas a Clara Schumann  es una de las últimas obras del compositor.

Aquí el pianista se permitió rubatos y libertad en el tempo enlazando las piezas sin soltar las manos del teclado prolongando el final de cada una dando así sentido y unidad a la obra. Sin exacerbar los contrastes y las dinámicas, todo era sentimiento y sensibilidad, belleza.

También el público estábamos ensimismados en la penumbra escuchando a Volodos y suspirando escondidos detrás de  nuestros pañuelos de color blanco, azul o negro.

Finalizado el concierto el pianista sí que respondió a nuestros aplausos y generosamente nos regaló otras tres piezas: repitió la Romanza de las piezas op. 118 de Brahms. Nos sorprendió con el agitado rumor de las aguas en El Lago de Mompou y para volver a la calma y a la sonrisa el Minuetto D 334 de Schubert.

Arcadi Volodos, un virtuoso del piano capaz de conmover sin estridencias ni acrobacias innecesarias, algo muy de agradecer.

Sol Bordas

Arcadi Volodos

Sala Sinfónica del Auditorio Nacional

Martes 25 de mayo de 2021

Ciclo Grandes Intérpretes / Fundación Scherzo

563
Anterior Crítica / Fascinating concert, Spanish National Choir! (Ciclo Satélites) - por Simón Andueza
Siguiente Crítica / Trovadores del siglo XXI en la Fundación Juan March – por Simón Andueza