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Crítica / Sin levantar el vuelo - por Enrique Bert

Vitoria-Gasteiz - 07/04/2022

En los tiempos que corren las misas de réquiem, por muy poco religiosas que algunas nos puedan parecer –y sin que esto suponga contradicción alguna con la misma esencia de este tipo de obras- se convierten en fáciles vías de exaltación de la emoción de un público cargado de noticias trágicas. En este sentido la interpretación del Deutsche Requiem, de Johannes Brahms dentro del ciclo de abono de la Euskadiko Orkestra estaba cargado de cierta emotividad extraordinaria que, sin embargo, no pudo evitar que el concierto no terminara de alzar el vuelo.

La plantilla vocal solista fue modificado en su cien por cien y se puede afirmar que el retorno de la tolosarra Ainhoa Arteta, primera soprano prevista, lanzó sobre el concierto cierta sombra de decepción. Lo mismo ocurrió con el primer barítono previsto. Sin embargo, no creo que el problema del concierto haya que situar en la calidad de los solistas, que en la opinión del firmante, supieron responder a las exigencias de la obra.

La ucraniana Olga Pasichnyk enseñó una voz cristalina y muy atenta al texto, diciendo con gusto; el barítono islandés Johann Kristinsson es uno excesivamente atenorado aunque no se le puede reprochar ni volumen ni intención.

Menos positivo tendré que ser con el Orfeón Pamplonés, que sufrió como pocas veces las inclemencias del recinto, un teatro el Principal vitoriano demasiado seco y duro para las voces. Desde mi localidad las voces masculinas, especialmente las agudas, quedaron tan matizadas que desequilibraron la labor de la masa coral hasta hipotecar en exceso el desarrollo de la obra. Y no hay que olvidar que la parte coral es la columna vertebral sobre la que se soporta la misma. Mejor ellas, más sonoras y esmaltadas.

El director austríaco Georg Mark tuvo también cierta responsabilidad en la falta de vuelo de la obra. Nadie duda del conocimiento de la misma pues el director se movía dentro de su repertorio habitual pero lo cierto es que faltó ese punto de emoción que se supone a una misa de difuntos.

El público respondió con cierta frialdad y algunos pocos bravos –legítimos, por supuesto- pero, en términos generales nos quedó la sensación que faltó algo de emoción para que esta obra tan hermosa levantara vuelo sobre nuestros corazones, tan condicionados por las circunstancias actuales.

Enrique Bert

 

Euskadiko Orkestra

Deutsche Requiem, de Johannes Brahms

Olga Pasichnyk (soprano), Johann Kristinsson (barítono)

Orfeón Pamplonés

Dirección musical: Georg Mark

01/04/2022.

Teatro Principal, de Vitoria-Gasteiz

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