El pasado sábado, 8 de febrero, tuvo lugar en el Museo Cristina García Rodero de Puertollano, el concierto de la joven guitarrista Silvia Nogales Barrios quien, después de sus años de formación, regresaba a su ciudad para ofrecer un programa innovador tanto en sus contenidos como en su concepto. Su espectáculo Altamira: ancestral y mágica, seleccionado hace dos años por MusaE para ser puesto en escena en el Centro de Interpretación de las Cuevas de Altamira, ha recorrido los escenarios internacionales, reclamado por las Cuevas de Pradis en Clauzetto (Italia) para interpretarse allí durante el aniversario de las mismas, y ha sido presentado en el Festival Internacional de Chitarra de Gemona (Italia, 2019), en el Festival de Guitarra del Mediterraneo (Port de la Selva, Llança, Castelló d´Ampuries) y en el Festival Iberoamericano de Madrid.
El concierto se articuló en seis bloques temáticos cuya transición se realizaba por una instalación audiovisual que introduce al espectador, iluminado por una antorcha, en el contexto húmedo, oscuro y resonante de una cueva, presentando así la integración del hombre cazador/recolector en el paisaje natural. Cada momento del concierto-espectáculo (La naturaleza y el hombre; Los ritos y la muerte; El Aire y el Fuego; Los cuentos y la tradición oral; Las estrellas y los sueños; y El Agua) es así precedido por un vídeo temático que enfoca a través de una sensible belleza plástica y visual el alumbramiento de las músicas seleccionadas. Un aspecto extraordinariamente revelador de su propuesta es la naturaleza sincrética del repertorio, tanto en la dimensión antropológica como en los lenguajes contemporáneos empleados: es así como las músicas de Brouwer –en este caso su sonata nº 3, también conocida como Sonata del Decamerón–, se desgajan y desestructuran en los distintos bloques de contenido y sus movimientos de referentes fantásticos –güijes y gnomos–, trenos y lamentos, burlescas y griots o contadores de historias, comparten el espacio sonoro con las músicas de Falla (“Romance del pescador” y su “Danza del Fuego Fatuo”), Miguel Llobet (El Testament d’Amelia), Roland Dyens (“Songe Capricorne”) y del compositor y también guitarrista español Pablo Despeyroux, cuya obra Agua (2018), cierra el espectáculo.
Esta última composición cautivó a los asistentes: articulada en cuatro movimientos y extraordinariamente interpretada, el recurso looper aparece como eje de continuidad en su lento y vivace finales, donde, desde un ritmo de farruca influido por el flamenco en su perfil rítmico –que no armónico- la música se conduce hacia un arpegio que propicia un interesante contexto funcional para la improvisación y superposición de pistas de un modo muy libre en el movimiento lento, y técnica y articuladamente determinado por la partitura en su último vivace.
Silvia Nogales cerró el concierto con el tema “The Bonus Track” de Janine Marshall, una obra que revela el carácter sensible, cuidadoso, profundo y fresco de una joven promesa de enorme proyección internacional. Calurosamente acogida y aclamada por un auditorio de doscientas personas, Silvia no pudo acabar la noche sin las lágrimas de emoción que acompañaron su entrega y pasión compartida con la ciudad que le vio nacer.
Juan José Pastor Comín
Silvia Nogales Barrios, guitarra
Museo Cristina García Rodero, Puertollano, 8/02/2020