Para disfrute de todos los bilbaínos, la BOS y su actual director, Erik Nielsen, son unos grandes aficionados a la música de Wagner y, en esta ocasión, hemos tenido la fortuna de escuchar el tercer acto de la segunda jornada del Anillo. El compositor alemán la escribió al revés: aunque era la tercera ópera, Wagner la escribió la segunda. Empezó la tetralogía con 35 años y la terminó con más de 60. Un compositor ya maduro que utilizó sagas alemanas, leyendas artúricas, toques mágicos, conceptos psicoanalíticos y elementos aportados por él mismo. Consiguió la obra más impresionante jamás escrita.
Los cantantes respondieron con brillantez a la exigencia de resistencia física y vocal que requieren las voces wagnerianas. Okka von der Damerau, Erda, con un papel corto pero bellamente interpretado. Rachel Nichol (Brunilda), soprano de bello timbre y suficiente volumen, flexibilidad y control en las notas agudas y agudísimas. Simon Bailey (Sigfrido), tenor heroico: intervalos amplios y difíciles. Y Wotan, barítono, más que cantar bellamente lo hizo con una gran expresividad dramática como le gustaba a Wagner y cumpliendo con creces la estética que el autor siempre buscaba: actores que supieran cantar.
La orquesta, magníficamente dirigida por el wagneriano Nielsen, con un gran peso, intensa y procurando que las voces no estuvieran tan descubiertas como en otras obras. Gran protagonismo del viento madera enfrentado, en el sentido musical, al viento metal y con la cuerda en un papel especial, capaz de sutiles efectos.
Unos maestros que ayudaron a las voces cuando éstas lo necesitaban y, en otras ocasiones, fundiéndose con ellas convirtiéndolas en un instrumento más.
Un verdadero placer escuchar al maestro alemán en una de sus composiciones, sugerente alegoría de la realidad económica y social que vivimos. Colapso del sistema en el que Wotan recuerda mucho a un presidente americano que levanta muros para que le aíslen de los humanos en su paraíso, haciendo que los “nibelungos” vivan en la miseria.
Si los dioses desaparecen de la vida del hombre, en el momento de la redención, al final del Anillo, el ser humano deberá responsabilizarse de su existencia, como nos explicó el gran filósofo alemán, y se abrirán los grandes temas de la humanidad: el amor, la muerte, la belleza…
Genma Sánchez Mugarra
Orquesta Sinfónica de Bilbao
Erik Nielsen, director
Rachel Nichol, Clay Hilley, Simon Bailey y Okka von der Damerau
Tercer Acto de Sigfrido, de Richard Wagner
Palacio Euskalduna de Bilbao
Foto: El director titular de la BOS, Erik Nielsen / © E. Moreno Esquibel