Inglaterra coral*
Concierto de coro, órgano y grupo de instrumentos antiguos -parejas de cornetas y sacabuches, y tambor renacentista- en la sala de cámara del Auditorio Nacional de Música de Madrid, dentro del ciclo Satélites que produce la OCNE. En atriles, un programa centrado en los siglos XIX y XX ingleses, pero que arrancaba con Henry Purcell... Una página para “romper el hielo…” en un panorama subsiguiente compatriota pero algo alejado… de romanticismos, tardíos o no, con sus liturgias y literaturas. Un panorama que tocaba personalidades más exportables, Edward Elgar o Hubert Parry, Herbert Howells o el Gloria in excelsis para la coronación de Jorge V y Preludio del dublinés -aunque la mayor parte de su vida transcurriera en tierra inglesa- Charles Villiers Stanford.
Un ramillete de obras interpretadas por el Coro Nacional de España dirigido por Miguel Ángel García Cañamero con el solista de órgano, en ambas posiciones de órganos mayor -romántico- y positivo -barroco-, David Oyarzábal, y los miembros del grupo instrumental que se citan bajo estas líneas para la citada “obertura-Purcell”, con su asidua Música para el funeral de la Reina Mary.
Tras esta extemporánea -en este contexto- pieza de inicio, obras no habituales en estas latitudes continentales; latitudes apartadas, en cierto modo añadido al geográfico y cultural, a la propia liturgia anglicana a la que se debieron algunos de los compositores citados y a la evidente riqueza inmensa de la literatura anglosajona de la que se nutre con relativa facilidad y éxito. Mayor complejidad armónica en los músicos más recientes y sencillez en los románticos más puros citados, pero siempre sobre una base armónica de aquel porte y condición, eso sí, en lectura insular de distinguida factura, algo difusa para nuestros oídos, y resuelta aquí de forma cabal y conforme. Correspondientes partes de órgano destacadas, aun cuando se desplegaran en aquel rol, mal llamado, “de acompañamiento”, o en -exigente- “arreglo de orquesta” -como la que cerrara acto, un coro de Parry, por cierto, que presume de contrapunto a ocho voces, trenzado sobre la oda de John Milton: Blest Pair of Sirens-. Una muestra, pues, concentrada de aquel rico repertorio de marcado carácter que, por momentos -a veces “eternos”-, parece esconder -educadamente- su bien trabada expresividad.
Violonchelo y percusión**
Atmósferas dictadas, en términos globales, por inspiración minimalista… en un concierto del ciclo “Satélites” auspiciado por la OCNE, en la sala de cámara del Auditorio Nacional, que presentaba una combinación tímbrica peculiar: violonchelo y percusión. Instrumentos contrapuestos que hicieron buenas migas, en las manos de Joaquín Fernández y Joan Castelló, respectivamente.
Un movimiento, el minimalista, como aquel difuso y popular New Age, cajón de sastre de los ochenta y aledaños, que, pasado el tiempo, parece cada vez más… Old Age… a tenor de su arraigo clásico… y presenta, al margen de su ubicuidad en todos los catálogos, especial entendimiento y encaje con la música para instrumentos de percusión -en sentido genérico, piano incluido…-. En esta ocasión, la combinación de un multiforme grupo percusivo con la sonoridad del violonchelo, aportó relativo lirismo al habitual entramado de texturas rítmicas a que el minimalismo y sus secuelas, abocan y nos tienen habituados.
Obras de consumados baluartes de este género como Philip Glass, con su Opening -Obertura-, en su posición y carácter, o como Mariel de Oswaldo Golijov. Entre tanto, un estreno absoluto de José Luis Greco, que se centrara con honestidad en aspectos más líricos, un tanto al margen de esta corriente global: La joya de Estambul. El concierto se remataba con dos estrenos en España, la conclusiva Interferometry de Matt Berry y una pieza de lacónico titular…, 21, de Andy Akiho.
Una combinación tímbrica peculiar, en un programa basado en el lenguaje y tímbrica de la percusión, su coartada vanguardista -en este ámbito estético, también-, con varias primicias -absolutas y más domésticas-, dispuesto en un solo trazo y de atmósfera envolvente.
Luis Mazorra Incera
*Daniel Oyarzábal, órganos positivo y mayor.
Ensemble de instrumentos antiguos: Israel García y Ana María Pazos, cornetas; Juan Carlos Matamoros y Jordi Navarro, sacabuches; y Rafael Gálvez, tambor renacentista.
Coro Nacional de España
Miguel Ángel García Cañamero.
Obras de Elgar, Howells, Parry, Purcell y Villiers.
OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.
**Joaquín Fernández -violonchelo- y Joan Castelló -percusión-.
Obras de Akiho, Berry, Glass, Golijov y Greco.
OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.
Foto: Joaquín Fernández -violonchelo- y Joan Castelló -percusión-.