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Crítica / Samuel Mariño se presenta en los ciclos del CNDM - por Simón Andueza

Madrid - 01/03/2024

El Ciclo ‘Universo Barroco’ de la Sala de Cámara del auditorio Nacional de Música de Madrid acogió este mes de febrero el primer concierto en estos ciclos del joven sopranista venezolano Samuel Mariño, auspiciado por una gran repercusión mediática que lo presenta como una de las voces de referencia del panorama artístico actual, haciendo hincapié en la rareza de su propia voz, la de sopranista, narrando aspectos singulares de ésta y de cómo ha alcanzado Samuel Mariño su estatus actual a través de datos personales que trascienden el terreno profesional.

Les contaré mis impresiones de esta velada que incidía en el nombre del cantante solista como principal protagonista del concierto, prescindiendo de cualquier temática o título otorgado al programa que escucharíamos, acompañándolo del nombre del grupo instrumental que participó en el encuentro, Concerto de’Cavalieri, conjunto instrumental que toma su nombre de uno de los músicos más influyentes de la historia de la música, Emilio de’ Cavalieri (1550-1602), y del que afortunadamente hace escasas semanas pudimos disfrutar en Madrid de su obra más afamada, Rappresentazione di anima e di corpo.

El programa escogido para la ocasión consistió en un ramillete de arias operísticas para el lucimiento de las cualidades vocales del solista vocal, lo que fue patente al dar comienzo el concierto con una compleja aria, Agitata da due venti, de la ópera Griselda de Antonio Vivaldi (1678-1741), aria de bravura. Esta aria, fue un auténtico éxito en su época y el propio compositor la reutilizó en su ópera Griselda después de haberla ideado para la ópera Adelaida. Margherita Giacomazzi, una de las sopranos más solicitadas del siglo XVIII por sus cualidades vocales estrenó ambos papeles cosechando fastuosos éxitos en Verona y en Venecia.

Samuel Mariño debía asumir una interpretación acorde con una pieza como ésta, todo un referente que forma parte del ideario legendario de la ópera italiana, pero pudimos comprobar que al joven sopranista, poseedor de un prístino y natural registro vocal en el agudo que habitualmente es desarrollador por las voces femeninas, esta aria superó sus actuales dotes vocales. Escuchamos una gran facilidad en este registro agudo, es indudable y realmente una rareza, y asimismo fuimos testigos de la gran facilidad de Mariño para realizar las coloraturas agudas de un modo muy veloz. Éstas fueron las principales cualidades vocales de Samuel Mariño. La orquesta, de un instrumento por parte, no permitía la escucha de la voz del solista vocal en esta pieza, al tratarse de una obra que constantemente dobla la línea solista, pero aún con todo y contando con un director que no participa del tañido de ningún instrumento, su volumen debió ser muy inferior para poder apreciar el timbre del sopranista. Además, el fiato requerido se mostró limitado para abordar las complejas y largas musicales del aria, y el idioma italiano no fue articulado con la claridad necesaria.

El otro tipo de arias del programa que no fueron de bravura y en donde el instrumento vocal de Samuel Mariño se encontró más confortable con su expresividad halló un vehículo apropiado, fueron las composiciones más reposadas, como por ejempo Vanne pentita a piangere, de Antonio Caldara (1670-1736), extraída de su ópera Il Trionfo dell’Innocenza, o, especialmente en la tercera propina ofrecida tras los insistentes vítores del público, la afamada Lascia ch'io pianga, de Georg Friedrich Händel (1685-1759), compuesta para soprano y que pudimos escuchar en su tonalidad original. En este tipo de composiciones Samuel Mariño mostró una sensibilidad acorde con la languidez requerida de las partituras y su dulce timbre encandiló a buena parte de la sala de cámara, completamente abarrotada.

Simón Andueza

 

Samuel Mariño, sopranista.

Concerto de’ Cavalieri, Marcello Di Lisa, director.

Obras de Antonio Vivaldi, Arcangelo Corelli, Antonio Caldara y Alessandro Scarlatti,

Ciclo ‘Universo Barroco’ del CNDM.

Sala de Cámara del Auditorio Nacional de Música, Madrid.

21 de febrero de 2024, 19:30 h.

 

Foto © Rafa Martín

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