Salomé es una de esas óperas que se prestan de forma natural a la versión de concierto. Sus amplias, ambiciosas hechuras sinfónicas, su formato en un solo e intenso acto, incluso su temática, se llegan a confundir con el concepto más tradicional de oratorio. Muchos preciados oratorios del repertorio, de hecho, tienen también, a la inversa, espléndidos desarrollos narrativos y dramáticos como éste, pese a la ausencia habitual de escena.
Además, este porte de concierto dramatizado, aprovechando todo el espacio escénico iluminado, grada del coro y el propio órgano, nos permitió disfrutar de esta espléndida música en una no menos espléndida versión, mucho más cuidada en este aspecto que la que proporcionaría la original propuesta escénica completa.
Toda una experiencia musical y, en cierto modo pues, dramática, en un penúltimo y espectacular programa que ofreciera la Orquesta Nacional de España bajo la atenta y sólida dirección de su podio titular, David Afkham.
Junto a este potente elenco instrumental, bien engrasado en la sesión vespertina de domingo a la que asistimos, un reparto de excelentes cantantes en roles comprometidos. Un convincente ramillete escogido de voces de inestimable proyección en el primer anfiteatro donde nos encontramos, que dieron puntual contrapartida a la nutrida orquesta y virtuosa orquestación de la que Richard Strauss hace gala.
Espléndida voz y musicalidad de Tomasz Konieczny en la piel co-protagonista de Jochanaan, Juan el Bautista. Las cualidades anteriores con interiorizado carácter y presencia en Lise Lindström, en el difícil y medular papel de Salomé. Frank van Aken igualmente convincente como Herodes, voz y drama al que le cabe el honor de proferir las últimas palabras, las últimas notas vocales, imprecación y orden, de esta corpulenta partitura. Violeta Urmana como Herodias en un papel no menos capital de la trama, resuelto con parejo valor canoro, como Alejandro del Cerro en Narraboth, entre otros.
Una obra controvertida que convoca pulsiones míticas y trágicas griegas, con las religiosas bíblicas judeocristianas, en un amalgama de indudable fuerza emotiva. Aún hoy.
Así se vivió con un excelente aspecto de público que correspondió con rendida ovación final. Bravos un tanto ansiosos, eso sí, que prácticamente no nos dieron tiempo material a la escucha limpia del remate final de la obra.
Luis Mazorra Incera
Lise Lindström (Salomé); Tomasz Konieczny (Jochanaan); Frank van Aken (Herodes); Violeta Urmana (Herodias); Alejandro del Cerro (Narraboth)...
Orquesta Nacional de España. David Afkham, director.
Salomé op. 54, de Richard Strauss.
OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.