La vallisoletana Roxana Wisniewska (1995) de origen polaco, cuyos padres antiguos concertinos de la OSCyL y abuelo materno, también violinista, contribuyeron en su formación primaria, pasando a la Superior por la "Katarina Gurska", la "Reina Sofía", máster Solista en la "Carl Mª von Weber" de Dresde obteniendo ese puesto en los Violines II de la Joven Orquesta "Gustav Mahler”, Academicista en la Capilla Estatal de Berlín con Barenboim y en la de la Filarmónica de Berlín, donde en Abril de 2023 obtuvo plaza fija en la propia Orquesta. Este curriculum de formación aunando talento y trabajo, le ha promovido ya como concertista en Polonia, Italia, Alemania y España y nos la ha devuelto al Auditorio donde se presentó, con sólo 14 años, a dúo con su madre y la OSCyL.
Para esta reaparición eligió nada menos que el Concierto para violín nº 1 "El violín Rojo" (1997-99) de John Corigliano (n. N. Y., 1928), acompañada por la Joven Orquesta Sinfónica de Castilla y León, de reciente creación para iniciar en la vida profesional a elegidos jóvenes talentos de todos los Conservatorios de la Comunidad, con opción a cubrir plazas que resulten vacantes en la OSCyL, tutelados por el Titular de la misma, y ya en su II Encuentro de Verano, esta vez bajo la dirección de Lucas Macías (Valverde del Camino, 1978), quien, tras brillante carrera como oboísta, es Titular de la "Oviedo Filarmónica" y Director Artístico de la "Ciudad de Granada".
El Concierto de Corigliano tiene origen en la banda sonora de su tercera película, que narra las aventuras del violín construido por un artesano del S. XVII, casado con Anna que sufre condena por ello, y que circula por siglos y lugares hasta ser subastado a finales del XX y descubrirse su historia por Moritz, experto contemporáneo. La música tuvo éxito y animó al autor a plantear: “El violín rojo”, chacona para violín y orquesta”, larga pieza barroca teñida de contemporaneidad, como en la época de creación de este particular instrumento; su gran acogida le animó a este Concierto para violín y orquesta nº 1, manteniéndola como movimiento I y añadiendo otros tres para equilibrar su duración (unos 17 minutos), resultando así una obra interesante y compleja para el solista, por su presencia casi constante, exigente virtuosismo y adecuación a las distintas épocas por las que la música de este Violín Rojo transita. Digamos ya que la joven Roxana, con temple, seguridad en la técnica y temperamento, cumplió sobradamente esas premisas.
Comenzó lírica, expresiva y en pianísimo la Chacona, con leves toques de oboe y fagot, sobre cuyo bajo ostinato discurre la intensa melodía de Anna, que calla hasta la enérgica entrada del tutti orquestal al que la violinista se añadió con solvencia, exprimiendo su “José Contreras, 1767”. Después, Pianissimo scherzo que rompe por carácter agreste y colorida dinámica con el movimiento anterior; los efectos tímbricos alegres piden del solista esas capacidades técnicas que Roxana Wisniewska posee y más aún, en el Trío central donde se huele el tema de Anna, con duros dobles armónicos para el violín: alto-etéreo-bailable, que le obligan a tocar en las tres zonas del arco. Un original Andante flautando iniciado con muy expresivo recitativo de la orquesta sobre el tema principal de la banda del film, seguido por un suave rock en el violín que evoluciona en su sonido hasta unirlo con el de las flautas (de ahí el adjetivo de este Andante) y hacer un bello dúo solista-flauta bajo, muy lírico, que complementa el tema hasta atacar el Accelerando finale, donde arpa y trompas jugaron bien su papel, que es una competición en viveza entre el violín y el tutti, cada uno a tempi y velocidad distintos, lo que exige virtuosismo en ambos, con solista y cuerdas acentuando tanto la presión en las mismas, que se atenúan los tonos y suenan como un “crujido” enérgico, dando pie al triste tema de Moritz que apacigua tanta energía y recupere la Chacona inicial para anillar el Concierto, superando la tremenda cadencia para el violín una Roxana firme y segura, y alcanzando el brillante final que culmina todas las adversidades sufridas. La OSCyL Joven anduvo concentrada, equilibrada en sus familias quizá hasta en exceso restando timbre a su sonido y versátil en sus prestaciones, de la mano de Lucas Macías, muy pendiente de concertar tantas dificultades escritas, lográndolo en muy alto porcentaje, a veces en detrimento de una expresividad aún pronto para ser obtenida de tan Joven conjunto. La labor de Roxana Wisniewska fue justamente premiada con rotundas ovaciones y la de todos también, obligando a hasta 5 salidas. El trabajo y el Concierto así lo merecieron.
La segunda parte se ocupó con la Sinfonía nº 2 en Re M., op. 73 de Brahms, que permitió lucir el limpio sonido de la trompa solista en el Adagio y el entusiasmo en servir cuanto de esta JOSCyL solicitó Lucas Macías, hasta conformar una aseada versión y completar una sesión que debe animar a continuar la labor de perfeccionamiento de nuestros jóvenes músicos y su futuro profesional.
José Mª Morate Moyano
Roxana Wisniewska, violín
Joven Orquesta Sinfónica de Castilla y León / Lucas Macías
Obras de John Corigliano y Johannes Brahms
Sala sinfónica “Jesús López Cobos” en el CCMD de Valladolid