Helena Sousa Estévez, solista de acordeón en su presencia con la Real Filharmonía de Galicia, con residencia en Rotterdam, estudió en la Escuela Musikene de San Sebastián, y está en posesión de master como el Bachelor and Master of Music o el HEAR Hautes École des Arts du Rhin, de Estrasburgo, en Francia. Muestra interés por los repertorios contemporáneos, al tiempo que cultiva la docencia y las actividades artísticas como intérprete. Su presencia en esta jornada, estaba pues doblemente justificada.
Galliano y Piazzolla, una amistad que venía de largo, ya que el acordeonista francés, se había perfeccionado en el Conservatorio de Niza, antes de trasladarse a París, en donde conocerá a Claude Nougaro, con quien se especializará en dirección de orquesta en 1983 ofreciendo trabajos de creación como Allée des brouillards, Des voiliers o Vie Vilolence. Tres años antes, había conocido a A.Piazzolla, que le animó a crear su grupo Nuevo Musette, en la línea de Nuevo Tango del argentino. Elementos procedentes del jazz, se incorporarán a su estilo, partiendo de músicos como Chet Baker, Wynton Marsalis, Michel Portal- con quienes colaborará en otras experiencias-, Charlie Haden, Toots Thielemans o Kurt Elling, entremezclados con estilos franceses cercanos a la chanson. El Concierto para acordeón y cuerdas (Opale), es producto-miscelánea de su ideario y un modelo para que la solista ofreciese una paleta de recursos, ampliada gracias a los asesoramientos directos del propio compositor.
Un músico que entre sus trabajos galardonados, destacan Blow Up- con Michel Portal-; una indagación sobre J.S. Bach para DG; ganando también el Victoire de la Musique Clasique, en 2014. New Jazz Musette de 2016, fue otro de sus éxitos y Aria, fue un trabajo clave por su colaboración con el organista Thierry Escaich, que ampliará en el Grand Rex de París, con M. Portal Ibrahim Maalouf y Natalie Dessay. Para redondear, merece mención su Tribute to Michael Legrand grabado con la O.F. Ceské de Praga (Jade Sony), músico con el que tuvo una gran afinidad.
Astor Piazzolla con Anxiety, pieza perteneciente a los cinco tiempos que integran las Five tango sensations, el Piazzolla de la etapa neoyorquina y que en esta obra, comprende los títulos: Asleep, Loving, Anxiety, Despertar y Fear. No dejaba el innovador del tango de recibir propuestas de lo más apetecible, y esta fue una de ellas, en una idea para bandoneón y cuarteto de cuerdas, a consecuencia de una sugerencia del Kronos Quartet, por uno de sus miembros, el violinista David Harrington y el promotor Robert Hurwitz. Surgirá así Four, for tango como intento de compromiso a medias y con un registro discográfico de segura aceptación. Helena Sousa Estévez, pudo valorar el tempo de encuentro entre ambos compositores.
Un Beethoven que para un concierto como el anunciado, resultaba invitado excepcional por la Sinfonía nº 1, en Do M. Op. 21, desde el Adagio molto, Allegro con brio, al Finale: Adagio, Allegro molto e Vivace. En conjunto, si bien parecía innegable la asimilación del lenguaje clásico vienés, resultaba indudable que a modo de primer ensayo, se tomaron ya los elementos que caracterizarán a las sinfonías de estos años juveniles, gracias a un tranquilizador equilibrio tonal y la ausencia de experimentalismos demasiado arriesgados o la búsqueda de la ampliación armónica en los desarrollos. Equilibrio y sentido logrado por Joana Carneiro por la precisión analítica de los débitos contraídos con el apreciado F.Joseph Haydn, al que encontraba como casi inalcanzable por su perfección técnica, quedando como un reconocido homenaje. Hasta nosotros y por fortuna, han llegado los primeros esbozos, descubiertos en fechas tardías por Fritz Stein. En particular el seductor Minué, ubicado entre el Adagio y el Finale está considerado como la sección más nueva y personal de la sinfonía, no solo por su amplia invención melódica, sino también por los procesos estructurales que lo acercan al talante de un scherzo. La opinión entonces del Allgemeine Musikalische Zeitung , diría que era una producción gloriosa pero en el fondo se trataba de un Haydn arrastrado por la extravagancia hasta la caricatura.
Igor Stravinski con la suite de Pulcinella, esa revisión del mundo de Pergolesi, en arreglo a partir de nueve números y sujeto a un pliego de condiciones para orquesta reducida, en la que los clarinetes quedan excluidos , las cuerdas divididas en concertino. Los números fueron escogidos y elaborados con cuidado, buscando una entidad poderosamente articulada por el tiempo, la densidad, el carácter rítmico, la dinámica y la tonalidad, aspectos que la directora supo imprimir en su contenido. Pero todos esos elementos, ordenados en relaciones correspondientes según grados y contrastes extremadamente refinados, aparecen como sobremodulados por el timbre, dimensión esencial. En esta materia musical se descubre y admira la escritura orquestal calidoscópica, que constituye la marca personal del compositor y la originalidad conseguida a partir de una obra dada. Quedaban al margen sus diferencias inevitables en cuanto a su elaboración, con Diaghilev y Picasso, sabiendo imponer al final su alquimia sonora, una delicada y simple orquestación neoclásica en el estilo de la época.
Ramón García Balado
Helena Sousa Estévez
Real Filharmonía de Galicia / Joana Carneiro
Obras de L.v. Beethoven, Richard Galliano, Astor Piazzolla e Igor Stravinski
Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela
Teatro Afundación, Vigo