Una jornada de sábado de temporada y reverente exaltación del Requiem mozartiano, con permiso de Süssmayer, la disfrutada con los Orquesta y Coro Nacionales de España dirigidos por David Afkham en el Auditorio Nacional de Música. Lleno absoluto... no entraba ni un alfiler... y en atriles un programa valiente que, si bien, tenía como plato fuerte la popular obra citada, su atractivo central, presentaba relativa originalidad en su planteamiento... en su digamos que… preludio, introito al introito, o asimilado...
Y es que de entrada, con cierto juego de luces y relativa oscuridad sobre el escenario, se escucharon “a cappella”, el coro situado sobre aquellas mismas tablas, justo detrás de la orquesta, el fílmico Lux Aeterna de Ligeti, incluido a traición en 2001 odisea en el espacio y, antes, un motete de Brahms: Warum ist das Licht...
Y, si bien, pedagógicamente, fue valiente tanto hacia el público como hacia los propios intérpretes, el coro me refiero, que se vieron, ambos además, exigidos sobremanera con este singular abanico de obras en estilos, tres, tan diferenciados y... de seguido... En una disposición "unitaria" ya a priori, que el público respetó: el romántico de un Brahms contrito, la atonalidad del XX con Ligeti y, claro, el mencionado clasicismo de Mozart.
Un Warum… bien trazado, poder y expresividad convincentes, y una dicción que ya quisiéramos en otras obras en... castellano. Pero esto es otra historia.
Magnífico comienzo que se siguió de algo realmente complicado en aquel divide y vencerás por el apuesta Ligeti... Una división con la que se asumen riesgos no ya en la afinación, que también, sino en todos los parámetros de armonización del sonido entre voces y en cada una de ellas. Una cuestión de la que Lux Aeterna se vio afectada en las condiciones acústicas de esta sala sinfónica, especialmente cuando las distancias inter-vocales se hicieron mayores.
Respecto al Réquiem: disposición general y de plantilla con relativo talante historicista, aun siendo, como resulta ya habitual en las grandes orquestas, un talante de compromiso. Un compromiso que tuvo sus momentos de brillantez en la descarnada e inquietante dinámica diferenciada de algunos números más “apocalípticos”... como en la irrupción de aquel incombustible Dies Irae. A la postre, un logrado equilibrio en sus componentes ya sean estos solistas o de conjunto.
Luis Mazorra Incera
Ilse Eerens, soprano; Sophie Rennert, mezzosoprano; Michael Porter, tenor; y Florian Boesch, barítono. Orquesta y Coro Nacionales de España / David Afkham.
Obras de Brahms, Ligeti, Mozart y Süssmayr.
OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.