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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Repertorios corales - por Luis Mazorra Incera

Madrid - 02/03/2025

Durante la tempestad de Lili Boulanger, coro para voces masculinas y piano, fue una exigente linea de salida para el estimulante concierto del Coro Nacional de España dirigido por Mireia Barrera ofrecido en el ciclo de cámara y polifonía Satélites de la OCNE.

Siguiendo con Boulanger, Por el bosque, buscó sonoridades de cierto figuralismo y notorio orientalismo latente (sus escalas pentatónicas y asimiladas…).

Un sombrío Tema con sus variaciones para piano de la propia Boulanger, sirvieron de temprano descanso para el coro. Sergio Espejo ofreció esta obra donde la armonía adquirió protagonismo en una suerte de variaciones que devenían en severa pasacalle.

Muy sugerente e imaginativa (como siempre con este autor) las Voces de la naturaleza para coro femenino y vibráfono de Alfred Schnittke, en antimetría con la pieza inicial.

Pero si por sugerencias se tratara, sin duda, El grito de los pastores de Bernat Vivancos para tenor solista y coro a cappella que cerraba esta primera parte antes del descanso, se llevaba la palma. Muy atractiva la sencilla espacialidad creada en platea y… sus ecos. Todo un ejercicio de reverberación llevado con ingenio a la partitura. Una interesante experiencia en lo musical pero, también incluso, en lo acústico en este marco de la sala de cámara del Auditorio Nacional de Música que tanto permite escuchar con transparencia desde cualquiera de sus posiciones en gradas y platea, como, viceversa, desde el propio escenario al respetable.

Los Cuatro motetes de Aaron Copland con que arrancaba la segunda parte, dieron contrapartida a las, algo más dispersas, obras anteriores.

La tersa sonoridad de Help Us, O Lord o el enérgico: Thou, O Jehovah, abideth forever se adaptaron como un guante a esta agrupación por su mezcla de texturas, sus dinámicas más matizadas y reguladores, sus diáfanas reminiscencias ancestrales, étnicas, y, sobre todo, la clara vocación coral.

Por igual, aunque con menor efecto, la dulzura (con su episodio contrastante interno) en Have Mercy on Us, O My Lord, o la, de nuevo, enérgica pero con comprometida afinación, Sing Ye Praises to Our King con un cuarteto solista y el coro, ya siempre en esta segunda parte, a cappella.

Se siguió la Missa (ultra-) brevis de Leonard Bernstein para un intenso contratenor solista, encarnado por Gabriel Díaz, coro y percusión. Kyrie, Gloria, Sanctus, Benedictus, Agnus Dei y Dona nobis pacem que parecen (con tamaña brevedad…) más pensados para interpretarse de esta guisa “de concierto”, sin solución de continuidad, que para la función para la que están tradicionalmente insertos en la liturgia (partes fijas cantadas del ordinario).

De hecho, algunos números, como el Agnus Dei, arrancaban con una energía un tanto inusitada aunque luego recojieran alas… Su extraña (mayor) separación con el Dona nobis pacem es, de hecho, inconveniente (incluso musicalmente, por la obligada repetición) y alitúrgica.

Toda una sólida segunda parte con motivadora elección de repertorio. Un repertorio que ya había apuntado sus atractivos con anterioridad. Un repertorio que combinó, así, el compromiso musical, la natural exigencia técnica y la calidad del resultado, con la (relativa, eso sí) renovación.

Un himno a la Virgen de Benjamin Britten para cuarteto solista y coro a cappella rubricó programa (antes del bis) con (relativa también) trascendencia, toda esta estimulante propuesta coral.

Luis Mazorra Incera

 

Gabriel Díaz, contratenor.

Francesca Calero y Margarita Rodríguez, sopranos; Lola Bosom y Beatriz Oleaga, contraltos; Diego Blázquez, Fernando Cobo y Federico Teja, tenores; Manuel Quintana y Manuel Torrado, bajos.

Sergio Espejo, piano y Rafa Gálvez, percusión.

Coro Nacional de España / Mireia Barrera, directora.

Obras de Bernstein, Boulanger, Britten, Copland, Schnittke y Vivancos.

OCNE-SATÉLITES. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

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