No vamos a descubrir ahora las grandes cualidades de Renée Fleming, voz bellísima, técnica muy sólida, gran musicalidad y fraseo expresivo, pero el paso del tiempo, en un repertorio nada fácil, pasa su factura. En esta breve gira por Europa el timbre de la soprano ha perdido intensidad, el registro agudo no es tan firme y adapta un poco la interpretación a sus condiciones actuales. Los Cinco lieder de Brahms mostraron que su voz necesitaba un precalentamiento y la versión quedó algo lejana, como con unas canciones escritas para la soprano por Kevin Puts ó Cantinela, de Villalobos, acabando la primera parte con dos fragmentos de ópera, Martha, poco brillante y Rusalka con una versión más lograda.
La segunda parte se inició con un grupo de partituras de compositores italianos con La bohème, de Leoncavallo y “Signore escolta” de Turandot, en unas versiones muy comedidas. Se adentró luego en el mundo de la opereta y el musical americano, donde alcanzó los mejores momentos de la noche por su dominio del estilo. El público aplaudió a la cantante que correspondió con dos bises, “Summertime”, de Porgy and Bess, de Gershwin, y “O mio babbino caro” de Gianni Schicchi, con los mismos resultados. Fue acompañada al piano por Hartmut Höll, con interpretaciones genéricas.
Albert Vilardell
Renée Fleming, Hartmut Höll.
Obras de Brahms, Puts, Villa-Lobos, Flotow, Dvorák, Recife, Leoncavallo, Puccini, Tosti, Lehár, Kander y Yeston.
Palau 100. Palau de la Música Catalana, Barcelona.