En el más puro estilo György Ligeti, sus Ramificaciones constituyeron una enigmática clave inicial de concierto en el tramo final de temporada de la Orquesta Nacional de España dirigida por David Afkham.
Una obra interesante, bien definida por su aséptico nombre, para escuchar con concentración y quietud… y no sé si entre la inquietud de un público recién entrado del bullicio madrileño, especialmente ruidoso este viernes.
En cualquier caso, fue el comienzo valiente de un periplo por tres autores, desde este Ligeti, en salto mortal, a Mozart, y, para terminar, dando una ligera media vuelta, un monumental Prokofiev.
La Quinta entrega del catálogo de conciertos para violín y orquesta de Mozart no es, precisamente, obra infrecuente como la que le precedía.
Janine Jansen al frente de su parte solista, optó por una versión "de carácter" desde su, frágil pero firme y destacada por Mozart, entrada inicial.
Un carácter, por encima de la formalidad clasicista que parecía ausente. Postura a agradecer en los estrictos tiempos que corren, y que abocó a un último movimiento memorable que da sobrenombre a la pieza (Concierto "turco"). Una excelencia basada en la combinación de aquel ánimo, articulación y fraseo que hemos llamado (impropiamente) de (relativo) carácter, con una visión estética más sólida.
Y, tras breve propina (Largo de la Tercera sonata para violín solo de Johann Sebastian Bach) y descanso, de nuevo, una… otra sucesiva, quiero decir… Quinta; pero, en esta ocasión, del catálogo sinfónico de Serguéi Prokófiev.
Obra poderosa, con temas deliberadamente pregnantes en todos sus movimientos y relativa querencia popular.
Afkham y la Orquesta parecieron derivar su enfoque de la obra de la transparencia clasicista de la página mozartiana que había precedido para, pronto acicalarla, ya desde el abultado acorde final del Andante, con esa extroversión entre romántica y futurista, que caracteriza (o se asocia…) a Prokófiev.
Un programa no exento de pegada popular a la postre, ni tampoco de la consabida estructura tradicional tripartita, que, sin embargo, dejó sensación de valentía e ilustración en este comprometido ámbito del concierto sinfónico.
Luis Mazorra Incera
Janine Jansen, violín.
Orquesta Nacional de España / David Afkham.
Obras de Bach, Ligeti, Mozart y Prokófiev.
OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.