La edición 2020 de la Quincena Musical donostiarra se ha clausurado con un monográfico Mozart, protagonizado por el grupo francés Les Musiciens du Louvre (1982) bajo la dirección musical del prestigioso Marc Minkowski y la primera impresión que nos queda a la conclusión del concierto es la de la apabullante coordinación y eficacia de este grupo, especializado en música barroca y clásica.
Tanto la Sinfonía nº 39 en mi bemol mayor, KV 543 como la nº 41 en do mayor, “Júpiter”, KV 551 quedaron perfectamente dibujadas en las manos de un director de gesto expresivo, quizás algo heterodoxo pero lleno de pasión y de comunión con la música de un Mozart tardío. Todo espectador presente en el Kursaal pudo fácilmente percibir el inmenso trabajo que hay detrás de ese mecanismo casi perfecto, dueño de esa capacidad de transmitir con insultante facilidad la aparente sencillez de la música del de Salzburgo.
La Quincena de este año, improvisada y reestructurada en pocas semanas previas a su desarrollo, ha podido terminar con un concierto que ha estado a la altura de la brillantez que tantas y tantas veces hemos disfrutado en la capital guipuzcoana.
Minkowski demostró ser un valor seguro y aunque por el camino de la LXXXI edición se nos han quedado muchos proyectos que deseamos no queden en saco roto –por ejemplo, el mismo día de este concierto tendría que haberse celebrado la representación en versión de concierto de la ópera Amaya, de Jesús Guridi con motivo del centenario de su estreno- al menos los pocos conciertos que ha recogido la sede principal han gozado de altísimo nivel.
Por ello es de desear que este concierto, que cerró la edición de la pandemia, sea la puerta a un futuro capaz de recoger nuevas ediciones que puedan desarrollarse en la normalidad musical que ansiamos.
Enrique Bert
Palacio Kursaal, de Donostia-San Sebastián.
Obras de Wolfgang Amadeus Mozart.
Les Musiciens du Louvre. Dirección musical: Marc Minkowski
Foto © Benjamin Chelly