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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Prodigioso magisterio liederístico - por José Antonio Cantón

Alicante - 22/01/2025

Faltaban nueve días para que se cumplieran veintitrés años de la única presencia en la programación de la Sociedad de Conciertos Alicante de dos excepcionales intérpretes alemanes, cada uno en su campo: el tenor lírico Christoph Prégardien y el pianista Michael Gees, ejemplos de la excelencia con la que esta institución musical alicantina viene desde hace más de cinco décadas escogiendo siempre con elevado acierto los contenidos de su programación. Ambos justificaban de manera rotunda su actuación en la presente temporada de conciertos con una obra paradigmática del género liederístico del periodo romántico como es el ciclo de La bella molinera, D 795 de Franz Schubert, con la que este genial músico viene a reivindicar que la canción de concierto ha de perseguir solo el fin artístico de ser disfrutado por su esencial belleza, paradigmática pretensión calculada y sobradamente conseguida que llevó a este músico a situar al lied en la cima de su valor, dejando de ser una forma secundaria en el repertorio de un compositor, al ensamblar en una nueva realidad estética la música y la palabra, el ámbito poético con el melódico, encontrando una manera de reconciliar, de manera extraordinaria y sinérgica, su don para la melodía conmovedora con las exigencias de la forma a gran escala.

La impresión que los versos de Wilhem Müller produjeron en Schubert a efectos de la posibilidad de ponerles música fue tan impactante que a la mañana siguiente de haberlos leído ya tenía compuesta la melodía básica de tres de ellos. Tal estado de afectación ha sido la impronta que ha mostrado Prégardien desde el primer poema con la ayuda inestimable Michael Gees,  manteniendo ambos ese grado de sublime referencia alcanzado cuando en el año 2009 obtuvieron el Midem Classical Award por su grabación en el sello discográfico Challenge Classics, con el que se erigieron en uno de los referentes indiscutibles, junto al tenor Fritz Wunderlich o los barítonos Hermann Prey y Dietrich Fischer-Dieskau, en la interpretación de esta obra integrada por veinte lieder unidos entre sí por un argumento inspirado de un difuso patetismo que se refleja en la música a partir de la décima canción Tränenregen (Lluvia de lágrimas), en la que se fractura el complaciente ánimo que refleja la primera parte de la historia al desengañarse el joven protagonista, ayudante en los quehaceres de un molino, que nunca será correspondido en su amor por la preciosa molinera.

Con un alto conocimiento de la obra, producto de treinta años de experiencia en su estudio y evolución interpretativa, el tenor, ha encontrado desde hace más de tres lustros en Michael Gees un alter ego que define la superación de todos los enfoques anteriores habidos de esta creación liederística hasta el punto de dar la sensación en el oyente de haber conseguido la expresividad deseada, habiendo superado los problemas técnicos a los que se está abocado en el inicio de su estudio durante el proceso que requiere ponerse en el lugar de la juventud del protagonista así como percibir por parte del cantante los cambios de respuesta del público en el transcurso de las modificaciones dramáticas que, para bien, ha ido enriqueciendo Prégardien a lo largo de los años, como se infiere de la fluidez de canto que tiene actualmente en comparación con su interpretación acompañado por Andreas Staier al fortepiano en el registro del año 1992 para el sello Deutsche Harmonia Mundi. La contribución de Michael Gees a estos cambios ha sido determinante por la capacidad más que demostrada del pianista a enriquecer el fraseo musical con una variada ornamentación sustentada en un tratamiento dinámico que ha supuesto un canto paralelo del instrumento en articulada expresividad que favorecía en todo momento la dicción y extensión vocal del tenor, como la expresada en Der Jäger (El cazador), otro momento de inflexión del relato de la obra, en el que aparece esta figura como rival del joven molinero, en cuyo canto el tenor mostró un destacada excitación que fue modulando en el siguiente episodio, Eifersucht und Stolz (Celos y orgullo), antes de continuar en la recta final de la obra.

Antes ya llamó la atención el tratamiento dado al legato manifestado en las piezas lentas como la sexta Dee Neugierige (El curioso) y luego en las dos anteriores a la canción final, Trokne Blumen (Flores secas) y Der Müller und der Bach (El molinero y el arroyo), donde quedaron reflejados respectivamente los sentimientos de deseo de la muerte y el último diálogo mantenido por el protagonista y el arroyo pidiéndole que le sumergiera para siempre, determinándose así el momento de su suicidio, al que paradójicamente le sigue una apacible especie de berceuse, Des Baches Wiegenlied (Canción de cuna del arroyo), en la que éste, elemento presente en toda la obra como escenario sustancial y perenne testigo como hilo conductor del argumento, acoge al enamorado con una canción de cuna cuya profunda tristeza la expresó Prégardien con un marcado sentido fúnebre.

Un último apunte schubertiano a través del lied que abre la colección Schwanengesang (La canción del cisne) titulada Liebesbotschaft (Mensaje de amor) con texto del poeta berlinés Ludwig Rellstab sirvió para despedirse ambos intérpretes de un público que  puede sentirse orgulloso de disfrutar de la mejor música posible en formato camerístico como el ofrecido por la Sociedad de Conciertos Alicante que se supera cada temporada llevando a la capital de la Costa Blanca las figuras más destacadas del momento en el panorama internacional como es el caso de los insignes pianistas Yefim Bronfman y Grigory Sokolov anunciados para el próximo mes de febrero, lo que hacen que su programación sea una verdadera referencia en las instituciones organizadoras de eventos musicales de nuestro país y, desde hace más de medio siglo, señera en la vida cultural de la ciudad alicantina.

José Antonio Cantón

 

Sociedad de Conciertos Alicante

Recital de Christoph Prégardien (tenor) y Michael Gees (piano)

Franz Schubert La bella molinera, D. 795

Teatro Principal de Alicante. 13-I-2025

 

Foto © Ángel Juste

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