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Crítica / Por fin la orquesta completa (Orquesta Filarmónica de Gran Canaria)

Las Palmas de Gran Canaria - 03/11/2020

Para el cuarto programa de abono la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria pudo recuperar su plantilla completa, aunque debido a la obligación de mantener la distancia de seguridad entre los músicos hubo que recurrir a las tres primeras filas de plata, sin elevarla hasta la altura del escenario, para situar a las violas a la izquierda del director y los cellos a la derecha.

En la primera fila de la escena se colocaron los violines primeros y segundos, luego maderas y metales y al final los contrabajos. Todo ello afectó necesariamente al equilibrio orquestal. Violas y cellos sonaban apagados, sobrepasados por los violines en los tutti, mientras las maderas se escuchaban con una gran nitidez. Metales y percusión mantuvieron su pegada y los contrabajos consiguieron mayor presencia a costa de una menor definición.

La presencia de Javier Perianes en el Concierto para piano de Schumann fue todo un lujo. El pianista andaluz nos regaló una lectura de hermosísimo sonido y fraseo inmaculado, intensamente lírica pero con músculo en los momentos más intensos. Lástima que la redistribución de la orquesta lo obligara a tocar sin tapa, pues el sonido se desdibujaba, difuminándose en la amplitud del escenario.

Karel Mark Chichon dio muestras de su pericia como acompañante, consiguiendo momentos auténticamente camerísticos en los diversos diálogos del piano con clarinete y oboe en el primer movimiento o con los cellos en el segundo.

La Cuarta Sinfonía de Chaikovski fue objeto de una lectura temperamental en la que el arrebato nunca se convirtió en desorden. En el primer movimiento la batuta supo mantener el difícil equilibrio entre los pasajes más pasionales y los introspectivos, con crescendos excelentemente elaborados que culminaban en poderosos climax.

Adecuadamente bucólico en el segundo, unos tempi algo más reposados le he habrían permitido recrearse con mayor amplitud en la hermosa melodía de la canzona que le sirve de base. Con el tercero la batuta realizó una magnífica labor en los famosos pizzicati de la cuerda, jugando inteligentemente con las variaciones de dinámica y color. Por último el allegro con fuocco del finale sorteó tanto el simplismo optimista como los excesos de metales y percusión de tantas lecturas, otorgando su valor a los pasajes idílicos, que los tiene aunque casi siempre pasen desapercibidos, y subrayando la ominosa cita de la fanfarria del primer movimiento.

Juan Francisco Román Rodríguez 

Javier Perianes, piano. Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Karel Mark Chichon

Obras de Schumann y Chaikovski

Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria

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