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Crítica / Orphée et Euryrice, un Gluck con permiso de Berlioz

Santiago de Compostela - 09/11/2020

El Orfeo y Euridice, de Gluck, esta vez en la versión de Héctor Berlioz, de las tantas que han surgido desde la original en Viena, en 1762, sobre el libreto de Calzabigi, para subir a escena en el Wien Burgtheater, el 5 de octubre, con motivo del cumpleaños del emperador José II, siempre con solistas de postín y en particular por el castrato Gaetano Guadagni Orfeo, al que asistiría las  sopranos Marianne Banchi-Euridice- y Lucie Glebero-Claverau-Amor-, contando con una actitud cargada de tintas por parte del autor, en sus exigencias con el elenco de artistas.

París, en 1774, sustentará la versión francesa, en una adaptación de Pierre-Louis Moline, a la que añadirá versos nuevos y con revisión del compositor, en el acabado musical, con páginas como el aria Si les doux accords  de la lyre, en el primer acto u otra de bravura de Orfeo, L´espoir renait dans mon coeur, con una presumible autoría de Ferninando Bertoni o un trío procedente de Paride ed Elena- Tendre amour-.

Estábamos con la versión de Berlioz de 1859, Orphée et Eurydice, recibida con singular aceptación, en su destino para el Teatro Lírico de París, que entonces dirigía el empresario Leon Carvalho, recibiendo a mayores los asesoramientos de un joven Camille Saint Saëns  y que conservaba mayormente el modelo original, aunque con un libreto retocado por Moline. La parte vocal del castrato original, se trasladó a la voz de contralto, ya que era la que más convenía a las posibilidades reales y para mayor abundamiento, había que tener en cuenta que la situación se presentaba óptima, ya que la alternativa era Pauline Viardot.

El autor no dudó a la hora de abordar la obra, en recurrir a préstamos de trabajos anteriores y para conservar la máxima expresividad, abandonará el recitativo secco, optando por unos recitativos ligeramente más breves, que se relacionan con naturalidad con el arioso o el aria, apoyados por una orquesta en la que Gluck, apunta  ciertos detalles procedentes de los patrones del belcanto barroco y la orquesta, con su aportación precisa, servirá para que contribuya a remarcar sus parámetros sonoros: la cuerda se fracciona en cuatro voces diferenciadas (violines, violas, chelos y contrabajos), recibiendo las maderas una mayor importancia que la que el barroco les había concedido, en especial como soporte armónico del sonido en líneas generales.

Condicionantes sin cuento: el coro asistía en grabación excelentemente sincronizada, en un trabajo envidiable de coordinación, bajo la atenta observación de Paul Daniel, para tres solistas a medida de sus roles. Beatriz de Sousa-Amour-, una soprano con cualidades de agilidades sobrias en las coloraturas; Alicia Amo- Eurydice-, también soprano, de gran presencia expresiva y Olga Syniakova- Orphée-, mezzo, con el consabido mayor peso en escena, y dotada de un instrumento de registro homogéneo en su extensión y amplitud. Gluck/Berlioz, pudieron redimirse en el dúo Viens, Viens, Eurydice, o en otro embriagador dúo, Je goûtais les charmes. Alicia Amo- Eurydice-, tuvo de su mano Cet asile amaible, pero Olga Syniakova, le había preparado la entrada, acompañada por el coro en Laissez- vous toucher par mes pleurs. Orphée, añadiría en detalle de incandescencia ansiado con el aria por excelencia, J´ai perdu mon Euridice, a sabiendas de que tras la sesión ofrecida, todo alcanzaría la culminación ansiada, hilvanada en el dúo del protagonista ansioso con quien velaba por el final dichoso, Arrête, Orphée.

Habríamos de congratularnos en el arrebato final colectivo L´amour triomphe. Un idilio en definitiva, sometido a funestos augurios previos, superando con dosis de persistencia e imaginación colectiva, en un empeño en que este Orphée et Euryduce, no podría quedarse en entredicho.

Ramón García Balado

Coproducción con Amigos de la Ópera de Santiago

Orphée et Eurydice. Gluck/Berlioz. Real Filharmonía de Galicia / Paul Daniel

Olga Syniakova, Alicia Amo, Beatriz de Sousa

Coro de la OSG / Joan Company

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Foto © Xaime Cortizo

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