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Crítica / Oro y Plata de Ramón: Elegancia en el combate Siglo de Oro español versus Edad de Plata

Madrid - 26/04/2021

¿Oro? ¿Plata? ¿Ramón? El título de esta obra resulta algo misterioso si el espectador no está al tanto de lo que va a ver.

Oro por los clásicos de nuestro teatro, aquella época en la que Lope, Calderón, Quevedo, Cervantes y muchos otros refulgían con genio e ingenio. Plata por sus admiradores, herederos lejanos que les rindieron homenaje un 27 ante la tumba de Góngora. Y Ramón por Gómez de la Serna, campeón de las vanguardias.

Cabaret barroco han denominado sus creadores a este espectáculo. Según el DRAE, un cabaré (del francés cabaret) es un local nocturno donde se bebe y se baila y en el que se ofrecen espectáculos de variedades. En este Oro y plata de Ramón faltan las bebidas, pero se baila, y muy bien, y se ofrece un espectáculo de variedades animado y vistoso, apoyado en un libreto brillante.

Un espectáculo en el que se intercalan con tino los fragmentos hablados con los números musicales y las danzas, y que sin alardes de utillería escénica logra brillantez y ritmo. Un ‘pastiche’ que funciona, y muy bien, porque tiene detrás un concepto muy pensado, bien hilvanado y desarrollado con ingenio, arte y elegancia, en el que Gómez de la Serna, personaje omnipresente, desde su atalaya madrileña, antes de su exilio, reflexiona sobre la cultura de nuestro país, sobre sus letras y sus músicas, y mediante pensamientos y greguerías va recorriendo ese camino inevitablemente conectado en el que lo culto va de la mano de lo popular, y viceversa. A ratos monólogo, a ratos pantomima (tan vanguardia de los años 20), casi un musical, en Oro y Plata de Ramón suenan folías y tangos, jazz, blues, flamenco y cuplé y las castañuelas resuenan tanto como el claqué.

Con una puesta en escena austera, el resultado es un montaje elegante, donde los movimientos escénicos combinan bien con las coreografías y la escenografía resulta justa y bien resuelta.

En lo artístico, luces y sombras. Gran labor de los músicos, enfrentados a estilos muy diversos que defienden muy bien, con especial mención a Mariví Blasco, quien, siendo especialista en música antigua, logra brillar también en las piezas más modernas que le toca cantar. Los bailarines fueron los triunfadores de la noche, tanto la pareja de bailes de salón como Cristina Cazorla en sus partes más de escuela española y flamenca. Antonio Castillo Algarra (alma de este proyecto) convence con un Ramón sin afectación, creyendo el personaje y muy a gusto en su diálogo constante con el espectador, pero naufragando en las partes cantadas, que apenas logra salvar (Cole Porter y Paul Robeson aún tiemblan).

En definitiva, un montaje muy elegante en fondo y forma, una reivindicación muy atractiva principalmente de una época, la Edad de Plata, eclipsada por sus ‘mayores’ del Siglo de Oro. Esta obra, de creación contemporánea, se une a la recuperación de diversas obras escénicas originales de esos años. Poco a poco ese renacimiento español del primer tercio del siglo XX está logrando el lugar que se merece en la historia de la cultura de nuestro país, más allá de tópicos y estereotipos.

Blanca Gutiérrez

Oro y Plata de Ramón.

Teatros del Canal, Sala Roja, Madrid. 22, 23 y 24 de abril

Cabaret barroco a partir de textos del Romancero, Jorge Manrique, Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Luis Vélez de Guevara, Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Manuel de Falla, Rafael Sánchez Mazas, José Ortega y Gasset, Pedro Salinas, Valery Larbaud, Julián Marías, Juan Manuel Bonet, y de una docena de obras del propio Ramón; junto con canciones del Siglo de Oro y de la Edad de Plata.

Dirección general y artística: Antonio Castillo Algarra

Dirección musical: Mariví Blasco e Ignacio Rodulfo Hazen

Dirección coreográfica y co-dirección escénica: Gala Vivancos

Sopranos: Mariví Blasco; Pilar González Barquero

Ramón Gómez de la Serna: Antonio Castillo Algarra

Quevedo: Ignacio Rodulfo Hazen

Lope: Javier Sintas

Bailarinas: Cristina Cazorla; Fátima Cervantes

Bailarín: Eduardo Morante

Piano: Nicolás Casas (Lorenzo Moya, David de la Gala)

Cornetto, clarinete, flautas, cornetín de pistones, saxo: Daniel Bernaza

Guitarras barroca y española: Enrique Pastor (Juan Carlos de Mulder)

Guitarra barroca: Ignacio Rodulfo Haze

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