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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / OBS, pasado, presente y futuro - por Carlos Tarín

Sevilla - 07/11/2021

La presente temporada de la Orquesta Barroca de Sevilla va a estar regida por la prioridad que se va a otorgar a los miembros de la misma para actuar como solistas, evidenciando así su alta calidad. Y para ello nos embarcábamos en un viaje a la isla de Citerea, aquella que inmortalizó Watteau en su famoso lienzo, presentando al barco y viajeros que se dirigían a la isla del amor y del placer.

Para ello, la OBS hizo coincidir a tres ilustres coetáneos: Bach, Haendel y Telemann; y como la presencia del de Eisenach les resultara acaso algo atrevida, por incluirlo en un viaje de placeres estrictamente mundanos, se apresuraban a explicarlo imaginando que “nuestros oyentes asisten a este concierto como quien, desembarcado ya en Citerea, deambula por ella atento tan solo al disfrute que la audición de estas magistrales composiciones pudiera proporcionarle”.

Abría turno el flautista Rafael Ruibérriz como solista del Concierto para flauta en Re mayor (TWV 51:D2) de Telemann, en el que destacó la elegancia de su fraseo, la limpieza de su articulación y la belleza del sonido de su instrumento. Tenía un factor adverso añadido, que es la acústica de la Iglesia de la Anunciación cuya reverberación, al menos bajo el crucero, emborrona los sonidos, a pesar de la concha acústica construida para cada actuación.

La adscripción del templo a la Universidad de Sevilla hace que se celebre con frecuencia tanto la apertura (como en este caso) como la clausura del curso universitario, aunque el coste acústico es para tenerlo en cuenta. Más tarde, Ruibérriz compartía con Leo Rossi, miembro de la OBS y en esta ocasión también concertino, el protagonismo de la Suite nº 2 para orquesta de Bach, en donde la delicadeza del traverso dependía del espacio sonoro “cedido” por el violín; por fortuna, hubo avenimiento para que ambos sonasen lo más equilibradamente posible, y eso que la orquesta quedó reducida a secciones de a uno.

Para el Concierto para dos violines en Re menor (BWV 1043), también de Bach, pudimos oír como solistas a dos miembros habitualmente del tutti orquestal, Miguel Romero y Rafael Muñoz-Torrero, que interpretaron con corrección la hermosa y conocida partitura, con pleno entendimiento entre ellos y con el resto de sus compañeros.

Por último, la Sonata Op. 5 nº 4 en Sol mayor de Haendel daba protagonismo a dos violines, encarnado nuevamente por Rossi junto a Valentín Sánchez Venzalá, de cuyo avenimiento musical hemos dado cuenta en otras ocasiones, por su extraordinaria conjunción y expresividad.

Joven OBS

Precisamente este último lleva ya 12 años como máximo responsable de otro de los proyectos asociado a la OBS y es el de los músicos que habrán de ser relevo de los actuales a través de la Joven OBS, compuesta por una veintena de estudiantes que no deben sobrepasar los 17 años (alguno tiene 11).

La preparación y el alto nivel que alcanzan nos dejan sorprendidos en cada actuación, acentuado en esta ocasión por la oportunidad que se le ha dado a una de sus jóvenes violonchelistas, Irene Hernández, para capitalizar el Concierto para violonchelo de Boismortier con musicalidad y soltura, y a la soprano Julia Moya para que cantase tres conocidas arias de Haendel con una preciosa voz que nos dará más alegrías. Gusta también Sánchez Venzalá recordar en cada encuentro el mérito que tienen estos chavales, tanto como sus familias, por el sacrificio que supone, mientras que muchos de sus congéneres optan por aficiones menos recomendables y más adictivas, junto al mérito añadido para compatibilizarlo con sus estudios en el colegio, instituto o conservatorio.

Carlos Tarín

Orquesta Barroca de Sevilla.

Rafael Ruibérriz, Miguel Romero y Rafael Muñoz-Torrero; Irene Hernández y Julia Moya / Leo Rossi; Valentín Sánchez.

Obras de Bach, Haendel y Telemann;  Purcell, Haendel, Boismortier y Fux.

Iglesia de la Anunciación y Teatro Turina, Sevilla.

Foto © Luis Ollero

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