No es el título de Giordano muy frecuentado en la famosa sala del Piermarini. Pero en general ha sido siempre muy bien servido (La última vez –estuve presente- fue en la célebre versión de Freni y Domingo/Carreras dirigidos por Gavazzeni en la conocida producción de Lamberto Puggelli).
Y la primera desilusión vino de donde menos se esperaba. Martone es uno de los mayores cineastas y directores de teatro (de prosa y lírico) que tiene hoy Italia. En ópera puede a veces hacer discutir, pero nunca resultar equivocado porque al parecer la partitura no lo inspira.
Con su equipo ha hecho un espectáculo ‘moderno’, frío, con alusiones a Magritte cuando se le ocurre – él también ha sucumbido- que un ‘relato’ es poco interesante o necesita ‘animación’. Podría incluso haber renunciado a dirigirla porque tampoco se nota una marcación interesante de los personajes, y así la ópera presenta claramente el flanco a las tantas críticas que siempre recibe.
La dirección de Armiliato fue buena, siempre al servicio de los cantantes (tal vez demasiado), con algún tiempo dilatado, pero con esa orquesta pareció aun mejor (aunque el interludio pudo ser más brillante).
Del nutrido grupo de comprimarios destacaron sobre todo el Cirillo de Andrea Pellegrini y el de Carlo Bosi. Petean pareció simplemente pasar por casualidad por la Scala y ni su canto ni su actuación fueron relevantes. Muy bien en cambio Gamberoni en la frívola Olga a la que encarnó con gran frescura vocal y escénica. Yoncheva tal vez sea hoy más adecuada para este repertorio que para el belcanto, pero no tiene idea del canto de conversación, su italiano es exótico y no porque se trata de una princesa rusa, no la haré responsable de la interpretación escénica porque pareció vestida por su enemigo pero nada hizo por mejorar la impresión. Si ocasionalmente su agudo fue más bien un grito lo peor fue su registro grave absolutamente artificial y exagerado.
Lo único realmente destacable fue así el Loris de Alagna, que continúa exhibiendo una belleza y tersura de timbre envidiables, hizo lo que pudo como actor, y no descubriremos ahora que el canto es siempre muscular y apenas matizado por alguna escasa media voz. La sala, con mucho turista, se mostró tan llena como aplaudidora.
Jorge Binaghi
Sonya Yoncheva, Roberto Alagna, Georges Petean, Serena Gamberoni, Andrea Pellegrini, Carlo Bosi y otros.
Orquesta y coro del Teatro / Marco Armiliato.
Escena: Mario Martone.
Fedora de Giordano
Teatro alla Scala, Milán
Foto © Brescia e Amisano - Teatro alla Scala