Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Músicos que disfrutan y hacen disfrutar la Música - por José M. Morate Moyano

Valladolid - 13/11/2024

La OSCyL añade dos Conciertos Extraordinarios a los de su Abono de Temporada en Valladolid. El primero nos ha devuelto a la OSG, Orquesta Sinfónica de Galicia, creada por el Ayuntamiento de A Coruña en 1992 con sede en el Palacio de la Ópera de la ciudad, en manos de Roberto González-Monjas, (Valladolid, 1998), su Director Titular desde la 23-24. Actuó como solista invitada la pianista Yulianna Avdéieva (Moscú, 1985).

González-Monjas busca en la elección de sus Programas, ofrecer una visión fresca y actual de lo elegido, incluyendo alguna novedad de lo recientemente escrito. En esta última opción, propuso de entrada Arcanos sinfónicos, op. 30 de Richard Dubugnon (Lausana, 1968), compositor residente en el MusikKollegium Winterthur suizo. De la Orquesta Sinfónica de ese Colegio es también Titular el Maestro, así como de la Mozarteumorchester de Salzburgo. La obra nació como encargo de Radio Francia en 2002 y su grabación en Universal le reportó el Gran Premio de Compositores de dos años de ejercicio. Utilizó las 18 primeras cartas de triunfo (los “arcanos mayores”) del Tarot, señaladas por un número romano, su figura y decoraciones comunes, sobre las que establece un juego musical variado en intérpretes orquestales, timbres y colores, describiendo sensaciones sobre los significados y normas vitales que expresan. Permite la ejecución completa o la selección individual sin obligado orden numérico. La OSGA expuso las: XVIII, La Luna (ensoñación sin los violines); la XVII, La estrella (cello solista de sonido noble, oboe, violas, homogéneas cuerdas, maderas y flautas, para sus distintos brillos y sombras); la VIII, La Fuerza, así iniciada por el tutti, interior con el octeto de cuerdas y descanso final; y la XIX, El Sol, con unidos cellos, texturas tímbricas de amanecer, luz en las maderas, solemne tutti, trompas cambiando el color y un gran final que le corona como astro rey. Excelente acogida por parte del público de una Sala casi al completo..

En la idea planteada por el Director, vino el Concierto para piano nº 1, en Mib M., S 124 de Liszt, revisado hasta 1855-56, quizá el más popular y brillante de los suyos, al que apodó “sinfónicco” porque el piano no sólo debe ser solista avezado, sino integrado en la orquesta como otro instrumento más, lo que exige de todos un esfuerzo añadido. González-Monjas lo concibe vital, romántico potente, uniendo sus 4 movimientos con gran tensión general. Para ésto, es imprescindible contar con una pianista como la moscovita Yulianna Avdéieva (1985), poseedora de una pulsación granítica que genera un sonido poderoso, diamantino y claro, con mecanismo infalible y perfecto manejo del pedal, capaz de grandes dinámicas y expresividad. La versión fue electrizante de pasión, vibrante, conjunta y sentida, de las que te aplanan y emocionan contra la butaca. Y es que el Maestro trasmite tanta energía y musicalidad desde su atril, que contagia a sus músicos que dan hasta la última gota de sí mismos; y lo hacen contentos, y juntos, transmiten ese sentir. La OSGA, siempre estupenda, está ahora redonda, maciza y precisa, con brillante sonido y buenos músicos solistas en todas las familias y en el concertino. El público estalló en ovaciones para la, no en balde, ganadora del Internacional “F. Chopin” de Varsovia en 2010, solistas, orquesta y Director.

Todo confirmado con las Variaciones sobre un tema de Paganini de Witold Lutoslawski, en su versión para piano y orquesta (1977-78) dedicada al pianista F. Blumestal, con el Tema del “Capricho 24 en La m.” del célebre violinista y 12 variaciones, la última y su coda ya libre. Exigió gran conjunción entre el total virtuosismo ruso de Avdéieva y la OSGA, con unas amplias percusiones y acertado sentido del ritmo, todo controlado desde el podio por alguien que goza con la música porque se la sabe hasta el mínimo detalle y la traslada a todos los que la hacen y escuchan. La lectura fue más que brillante, arrebatadora, con idéntica respuesta de los asistentes para todos y triunfal despedida para la pianista.

Como final, Suite de “El Caballero de la Rosa”, TrV227d (1945) de R. Strauss. Pide delicado rubateo en los valses, elegancia, gracia e ironía en el recuerdo de una Viena que fue, todo con respeto a una Historia fundamental para Austria. Todo se dio en los 5 números de la Suite, consiguiendo González-Monjas que “viésemos” la ópera. Preludio con nítidas trompas y cuerdas fulgentes, en el amor pasional de Octavio y La Mariscala; atracción en dúo Octavio-Sofía (oboe-trompa); fulgente la Rosa en violines, arpas y celesta; decepción del Barón Ochs, retirada de La Mariscala y unión de Octavio y Sofía que culmina con el animado Vals. Todo tuvo una expresión musical excelente por parte de la OSGA (cita para sus trombones compactos y nobles), culminando triunfal en manos de su Titular una noche de pleno disfrute.

José M. Morate Moyano

 

Yulianna Avdéieva, piano

Orquesta Sinfónica de Galicia / Roberto González-Monjas

Obras de R. Dubugnon, F. Liszt, W. Lutoslawski y R. Strauss

Sala sinfónica “Jesús López Cobos” en el CCMD de Valladolid

 

Foto: Cartel del concierto.

73
Anterior Crítica / Algo más que buenas intenciones - por Justino Losada
Siguiente Crítica / Titanes y paisajes boreales - por Justino Losada