La Sinfonía nº. 38 del de Salzburgo, su denominada comúnmente Sinfonía “Praga”, no es obra telonera precisamente, más bien todo lo contrario, y, además, más aún con el convincente perfil con que hoy se sirvió de inicio, desde todos sus apartados técnicos y estéticos.
Especialmente los tan traídos y llevados, por eruditos melómanos y músicos, al respecto del tipo de interpretación historicista o pragmático-sinfónica, de esta música.
Una versión precisa, donde ya el siempre difícil paso de la amplia introducción lenta, con sus obvias dificultades conjuntas en las anacrusas iniciales, al Allegro de sonata inicial, compuso un sólido primer movimiento. Una precisión y conformidad, desde el primer gesto orquestal, de las que ya no descendió esta versión.
Leves detalles de articulación diferenciada en el fraseo, especialmente en el arranque de las frases temáticas más destacadas, por ejemplo en el Finale (Presto), trufaban una distinguida fluidez del tempo.
La orquesta, organizada con violines primeros y segundos parejos y enfrentados a ambos lados del director, destacaba a la sazón, espacialmente, esta fresca propuesta mozartiana.
Un arranque sólido y enjundioso para un concierto monográfico, con los peligros que esta compacta aspiración mas, digamos que, “erudita”, conlleva, por regla general, para el público.
Peligros que parecieron esfumarse desde un primer momento con técnica y dominio del material. Primaba, así, la original y determinante diferenciación de cada obra, como sostendría Delleuze, sobre la unidad de autoría.
Dos obras, sin duda, destacadas en lo suyo que tampoco se hicieron sombra, sino aportaron profundidad y relativa novedad, cuestión harto difícil en un autor de los más trillados del repertorio.
La segunda parte era, al menos a priori, en una visión superficial del programa, el plato fuerte con una relativa novedad.
También de Mozart: Davide penitente con las voces de Rosalía Cid, Francesca Aspromonte y Dave Monaco, contó con una orquesta más nutrida y el Coro en pleno.
Un trío solista solvente, con sus diversas características, para esta perfilada propuesta del podio.
Una obra que, con la monumentalidad que respira, sin lugar a dudas, merece se reponga con mayor frecuencia, y que discurrió con empaque e idénticas definición y fluidez antes apuntadas, esta vez puestas al servicio de un mayor y más diverso elenco.
Luis Mazorra Incera
Rosalía Cid, Francesca Aspromonte y Dave Monaco.
Orquesta Sinfónica y Coro de Radio Televisión Española / Enrico Onofri.
Obras de Mozart.
OCRTVE. Teatro Monumental. Madrid.
Foto: El violinista y director Enrico Onofri dirigió recientemente a la Orquesta Sinfónica y Coro de Radio Televisión Española / © Enrico de Luigi