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Crítica / Momentos de gravedad (Euskadiko Orkestra) - por Enrique Bert

Vitoria-Gasteiz - 01/02/2021

El nuevo programa de abono –que, como todos, sufrió numerosos cambios desde su primer diseño- de la Sinfónica de Euskadi, en temporada que camina por encima de todas las dificultades, se centró en dos obras que pueden considerarse ejemplo de gravedad y pesadumbre. Eso sí, conviene apuntar que el concierto comenzó con un gesto infrecuente e interpretable: Robert Treviño salió al centro del minúsculo escenario del Teatro principal para dirigirse al público y anunciar que dado que su relación con el grupo es extraordinaria, que está basada en la confianza y trabajo arduo habían decidido interpretar la sinfonía nº 36 en Do Mayor, KV. 425, Linz, de Mozart sin director-concertador, dejando a la concertino las labores de elemental coordinación. Y el señor Treviño se retiró. En mis años de asistente a los conciertos de la entidad es la primera vez que vivo tal decisión. La reacción de la orquesta fue una versión ciertamente mortecina, con escaso dinamismo, interpretación que pecaba de linealidad.

Las cosas cambiaron sustancialmente a mejor con una obra difícil cual es la Sinfonía nº 4 en la menor, op. 63, de Jean Sibelius. Obra de 1911, en su gravedad, señalada desde el mismo comienzo con el infrecuente movimiento lento, parece anunciar los funestos hechos que asolarían Europa apenas tres años después.

Cierto es que, como ya es sabido, el camino de Sibelius parece apostar por la dirección contraria a la del elegido por la llamada vanguardia musical y esta sinfonía, imponente en su sobriedad, se nos aparece como justa contraposición a la orquestación raveliana o stravinskyana, por poner solo dos ejemplos.

Robert Treviño es garantía de buen hacer en este tipo de obras: supo desentrañar todos los matices de la obra, contraponer los distintos dinamismos –y para ello podemos apuntar lo acertado del cuarto movimiento, allegro- y aunque el respetable reaccionó con preocupante parquedad, lo cierto es que el maestro subió el listón de la calidad de forma notable.

La Euskadiko Orkestra sigue en este camino lleno de dificultades traspasado el ecuador de una temporada que quedará, por desgracia, para el recuerdo de todos.

Enrique Bert

Orquesta Sinfónica de Euskadi / Robert Treviño.

Obras de Mozart y Sibelius.  

Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz.

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