La Orquesta y Coro Nacionales de España, dirigidos por Virginia Martínez, ofrecieron el primer capítulo (sinfónico) del Festival Focus de este curso 2023-24.
Un Festival heredero de una práctica de la propia OCNE que ha afrontado, año tras año con filosofías, gestores y criterios diversos, un servicio puntual y enfocado a la difusión de la (mal llamada a estas alturas de la película) música contemporánea.
Un servicio cultural y pedagógico que, andando el tiempo, debería haberse ya normalizado en el seno de su programación regular (sin ir más lejos, sirva de mejor ejemplo, el estimulante último programa de concierto de la temporada OCNE, focalizada también en el compositor y director húngaro, recientemente desaparecido, Peter Eötvös, mano a mano con obras de Debussy, que disfrutó de una buena acogida de público).
Un programa-Focus presentado con forma simétrica (“palindrómica”, por aspiración), pese al intermedio (lógicamente asimétrico) que se dispuso de facto para ofrecer oportuno descanso al público que se congregó en este día de Festival.
Este descanso destacó a la postre la tercera obra en programa que da título a esta crítica y que, junto al célebre motete de Dufay que la precedía, centraban y concretaban la noble aspiración titular del Festival al que, al menos en esta entrega sinfónica, se le podían haber encontrado en la historia de la música, española incluida, compañías (salvando las dos páginas citadas) más ajustadas a su categórico título: Los números suenan. El encuentro entre artes y ciencia.
Porque era natural que la obra corazón y “eje de simetría” de este programa, merecía ser destacada: Metástasis de Iannis Xenakis (¡Junto al genial e inspirado Dufay, insisto…!).
Y sí, ambas obras recibieron hoy una lectura conforme y satisfactoria desde podio y atriles.
Junto a ellas dos, de inicio, La geometría del agua de Consuelo Díez fue una mostró buen gusto y sentido formal con un final algo abrupto y un comprometedor (por concertación y concentración) arranque en pizzicato en las cuerdas graves.
De Guillaume Dufay, Nuper rosarum flores, ayudado de órgano y tres trombones (con su inquietante Terribilis est locus iste… al paso) ofreció, al paso también, el momento más sublime de la tarde, como ya he indicado.
Tras el descanso que siguió a Metástasis de Iannis Xenakis, la Missa pro Victoria de Tomás Luis de Victoria (selección de las partes fijas, igualmente con el acompañamiento citado) devolvió al terreno patrio (al margen de otros números), aquel espléndido renacimiento, en estética de raíz coral.
Escorial de Tomás Marco, a la sazón comisario responsable de la programación del Focus-Festival de este año, fue la obra que cerró programa, con abultada, “decibélica” resolución tras prolongada obstinación.
Luis Mazorra Incera
Orquesta y Coro Nacionales de España / Virginia Martínez.
Obras de Díez, Dufay, Marco, Victoria y Xenakis.
OCNE / Focus-Festival. Auditorio Nacional de Música. Madrid.