Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Metales y percusión de la Sinfónica de Castilla y León - por José M. Morate Moyano

Valladolid - 15/05/2023

Estreno con doble acepción, pues el Ciclo de Recitales y Música de cámara del CCMD/OSCyL, en su 6º programa, presentó al Grupo de metales y percusión de la Sinfónica de Castilla y León, dirigido como Invitado por Mark Hampson (Bletchley, Inglaterra, 1971), docente de Trombón en el Superior de Aragón, especialista de Bombardino y anterior Profeesor de la OFGC; y estreno absoluto musical porque el CCMD/OSCyL encargó a la compositora Zuriñe F. Gerenabarrena (Gasteiz, 1965),  docente de Armonía y Contrapunto en la Cátedra de Composición de MUSIKENE (País Vasco), para  1ª audición la pieza Bebenias , para 15 metales y 4 percusiones, integrada en un repertorio cuasi contemporáneo que pretendía jugar con los diferentes espacios del CCMD, interrelacionando con el público.

 Así deambulamos por el amplio vestíbulo y su palco superior, por la Sala de Cámara y por el salón-cafetería, escuchando el programa dividido en 3 partes ad hoc. La 1ª se abrió y cerró con dos obras de Señales ddel Cielo de T. Takemitsu: Señal del Día y Señal de la Noche, respectivamente, compleja la del Día y más abierta musicalmente la Noche, hecha la inicial por los 15 metales en círculo, y la final distribuídos en dos coros. El encargo Bebenias, fue como 2ª con los metales en 4 grupos en la planta del vestíbulo y la percusión en su palco, lo que permitió seguir el estilo de la compositora, gestos y figuras fragmentadas en un discurso entremezclado, con el timbre como base de una estructura, que deja libertad a la evolución del sonido y el tiempo; se escucha con agrado e interesa por el intercambio entre los 5 grupos constituídos. Fue bien recibida por el público, sorprendido ante la originalidad e infrecuencia de este tipo de propuestas, que merece un guión previo que las guíe y oriente. Sonó aquí también la Sonata XVIII de Canzione et Sonate de G. Gabrieli, un gran Canon a 4 voces cada una para un grupo de metales que podía subdividirse según sus timbres, puesta aquí quizá para remedar las polifonías que el autor creaba por los distintos espacios de su S. Marcos de Venecia, expuesto un punto lento, que limitó el brillo y la solemnidad de la pieza, dentro siempre de la máxima dignidad interpretativa.

Pasamos después a la Sala de Cámara para escuchar el doble juego de Fanfares/Marches/Hymnes and Finale de B. Broughton (L.A:, USA, 1945), tubista y compositor, para el tutti del orgánico; atractivo trabajo que sonó perfecto en el magnífico acústico del lugar, muy aplaudido por el público que casi completaba el aforo. Fueron sus intérpretes: Trompetas: Bodí, Ramada, Oller, Suárez y García; Trompas: Balaguer, Climent, Naveira, González y Rivera; Trombones: Stefani, Blossom, Ramos y Saborido; Tuba: Redondo; Percusión: J.A. Martín, T. Martín, López y Gómez.

Y para el espacio de cafetería se reservó un final donde el beat fuera predominante, rematado con Caravan de D. Ellington, en estupendo arreglo del de Leicestershire y trompa solista de la Filarmónica de Londres, R. Bissill, al que se acoplaron nuestros músicos clásicos con general acierto, a pesar de lo difícil que resulta para los no habituales, ceñirse al ritmo con la incisividad suficiente; los 10 metales y percusionista intervinientes fueron ovacionados. Por delante había ido La procesión de Elsa a la Catedral del Lohengrin wagneriano y 3 números de María de Buenos Aires de Piazzola: Yo soy María, Balada para un organista loco y Fuga y misterio, cuyos canto del trombón solista, más los de trompeta, fliscorno y piccolo en el 1º, el tempo de vals y habanera del 2º y la brillante Fuga yrecogida  del tema y solos de nuevo, provocaron ovaciones, merecidas por el fiel arreglo de ambas obras de  S. Verhels, muy reconocible y bien tocado el operístico.

Una feliz experiencia, que mejorará aún en el  futuro, sirviendo a la buena Música y a sus intérpretes, con un más  claro planteamiento escénico. Como presentador inicial actuó Miguel A. Pérez Martín "Maguil". El éxito global fue correspondido con una versión con solista de castañuelas, de La boda de Luis Alonso de Giménez, que arrasó al público, dispuesto a recibir aún más.

José M. Morate Moyano

 

Grupo de Metales y Percusión de la Sinfónica de Castilla y León / Mark Hampson

Obras: Takemitsu, Gerenabarrena, Gabrieli, Broughton, Wagner, Piazzola, Ellington.

Complejo del CCMD de Valladolid

148
Anterior Crítica / Inolvidable Elina Garança en una Aida militar - por Agustín Blanco Bazán
Siguiente Crítica / Giancarlo Guerrero con Gustav Mahler, caleidoscopio fascinante - por Ramón G. Balado