Después de veintitrés años volvió a la cartelera del Teatro Colón, una de las máximas expresiones operísticas de Giuseppe Verdi, integrante de la inmortal trilogía de ese periodo de su producción.. Y me refiero en este caso al “Il Trovatore”, que ha sabido de elencos estelares y versiones inolvidables en la trayectoria del teatro porteño.
Pues bien, anunciada como versión en concierto, terminó siendo en carácter semi montada como fue el caso de “Ana Bolena” (ver edición de papel de RITMO de septiembre próximo). No obstante, dentro de un contexto más bien discreto en lo visual, cabe decir que musicalmente tuvo un valor incuestionable y sobresaliente con la magistral soprano rusa Anna Netrebko a sus cincuenta y un años, en su tercera visita al Colón.
Fue admirable su Leonora, vocal y escénicamente en cuanto concibe la parte con brillo absoluto. Fue demostrativo de sus dotes y virtudes canoras y las escenas del último acto fueron tan elocuentes de su dimensión vocal, como su versión antológica del aria “D’amor sull’ali rosee”, donde sus filature subyugantes, la impecable belleza del timbre, sus diminuendi y recursos brillantes descollaron una vez más. También escénicamente compuso una Leonora de lujo.
El rol de Manrico fue asumido por su esposo, el tenor argelino-azerbaiyano Yusif Eyvazof, con oficio innegable y solidez de emisión, con su timbre no tan reluciente pero resolviendo” Di quella pira”, cantada en sus dos estrofas, con el sobreagudo esperado y teniendo en general un cometido solvente en toda la ópera..
Muy encomiable y valiosa la labor del barítono argentino Fabián Veloz rindiendo bien en su aria “Il balen del suo sorriso” y el resto de la partitura, en tanto la gitana Azucena, personificada por la mezzosoprano debutante aquí, nacida en San Petersburgo, Olesya Petrova de cuarenta años, se lució en “Stride la vampa” y otros escenas con buen material vocal y solventes recursos dramáticos.
Completaron este lucido reparto de la opera verdiana, y también con suma eficacia el bajo Fernando Radó, como Ferrando y los cantantes Maria Belen Rivarola Santiago Martinez, Sergio Wamba y Cristian Taleb, todos formados en este medio.
El coro estable del Colón preparado por Fabián Martinez mostró su prestación y eficacia de siempre y la orquesta estuvo en manos esta vez del director Giacomo Sagripanti, actualmente en la Opera de Tiflis (Georgia) y lo hizo con eficaz y lucido resultado en su exposición de la partitura verdiana y mostrando su progresivo ascenso, ya que viene dirigiendo en salas como la Bastille de Paris y el Covent Garden y Viena entre otros teatros liricos importantes. Una figura en crecimiento, nacido en Abruzzo, de una nueva generación.
Como decía en el comienzo, esta vez el semi-stage propuesto permitió llevar a cabo las escenas actorales de cada personaje, manejadas con buen criterio, aunque el concepto escénico de Gabriel Caputo no fue tan convincente con anillos gigantes en colgadura. En cambio, el planteo de Marina Mora y su “régie” ayudó a facilitar la acción escénica a los cantantes .
En resumidas cuentas, en lo vocal brilló plenamente el espectáculo, con la suprema voz y presencia de Anna Netrebko como máxima animadora, verdaderamente subyugante.
Néstor Echevarría
Anna Netrebko, Yusif Eyvazof, Olesya Petrova, Fabián Veloz, Fernando Radó y otros
Director musical: Giacomo Sagripanti
Director del coro, Fabian Martinez
Orquesta y coro estables
Dirección escénica: Marina Mora
Puesta en espacio: Gabriel Caputo
“Il trovatore” de Giuseppe Verdi
Teatro Colón de Buenos Aires
Foto © Prensa Teatro Colon / Maximo Parpagnoli