Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica - LXI Curso UI de Música en Compostela

Santiago de Compostela - 03/10/2018

El viola Ashan Pillai

El titular de la cátedra de viola, bien secundado por  su pianista auxiliar del curso, se decidió por un programa ajustado a una preceptiva divulgativa en la que, para acomodarnos a los planteamientos de la sesión ofrecida, partimos de los criterios  clasicistas de Felipe de los Ríos, un compositor que ejerció en la Capilla Real, en tiempos de Carlos III, en una de esas obras en las que el sonido fluye con natural soltura, y cuyo legado se conserva en el Archivo de Palacio Real. Se trataba de la Sonata Primera para viola, que ya desde el Andante nos invita a seguir la claridad de su exposición, en un intérprete que encuentra en su asistente al confidente ideal.  Del período romántico, la Sonata para viola y piano de Lluis Benejam, un alumno de Guerin, en el Conservatori de Liceu, y que se mantiene dentro de los parámetros de época, aunque su vida profesional tuviese mejor prestancia fuera de España. La obra escuchada, venía pues al caso dentro de una línea ascendente gracias a una cuidada arquitectura y un confesado acercamiento al nacionalismo. Tres tiempos en los que el de entrada Románica, nos sitúa en la línea de las pretensiones de la obra. La opción de Ashan, era la de ponernos al tanto de un patrimonio propio, del que tenemos un conocimiento escaso, aunque lo más sugerente, vendría de inmediato.

En concreto, por Salvador Brotons, también con la Sonata para viola y piano op 28, composición en tres tiempos, en la que la  responsabilidad del solista, crece por las exigencias de los recurso técnicos. El Moderato Amabile, está dispuesto a que demos por hecho que la supuesta amabilidad no se decide por la autocomplacencia relajada, pero mayores actitudes se resuelven en el Molto Allegro y es que nos encontramos ante un salto al vacío, para quien no esté a tono con las formas evolucionadas a partir de la Segunda Escuela Vienesa. Roberto Gerhard, aunque desde la distancia, trasladará los ecos de su escuela a nuestras jóvenes generaciones. Brotons, tuvo también una reconocible influencia de X.Montsalvatge, en cualquier caso, nos hallábamos ante una obra de un joven avezado, en el que Ashan había descubierto su precocidad y sentido de una ansiada madurez. Para compensar en ligerezas, la sonata de Salvador Lestán, de 1884, en una de esas obras reconocibles por sus elementos procedentes de la tradición folklórica, y que en su juventud, había descubierto las cualidades sonoras de la viola d´amore. Detalle de atención a mayores, la transcripción de Ashan de la entrañable canción de F.Mompou, Damunt de tu, no mes les flors.

Ashan Pillai (viola) y J.C.Cornelles (piano). Obras de Felipe de los Ríos, Lluis Benejam, Salvador Brotons y Tomás Lestón.

Concierto de órgano en la Catedral con Roberto Fresco

Roberto Fresco, profesor del Centro de Música de Enseñanza Katarina Gurska de Madrid, se formó en la Hochschule für Musik de Viena con Michael Radulescu, al que debe en parte su evolución, en similar reconocimiento para su maestra Montserrat Torrent, de quien ocupa en la actualidad la plaza en nuestro Curso.  Un Tiento de octavo tono, de Correa de Araúxo, fue la pieza de entrada, autor del primordial Libro de tientos y discursos de música práctica y teórica de órgano, que le confiere el magisterio de ser uno de los adalides del barroco europeo. El florido Tiento de batalla de 5º tono, punto baxo de J.Baustista de Cabanilles, modelo de perfección dentro de este género de obras en los barroquismos y que destaca a parecida altura en las variaciones con arraigo todavía en épocas precedentes. Un modelo de señorío en los dominios del medio registro y en los tientos de falsas, pero especialmente sobresaliente  en el género de la batalla, en su poderío sonoro.

Carles Baguer, con la Sinfonía nº 1, en cuatro tiempos, cuya obra para teclado destaca sobre la de sus contemporáneos, logrando una notable divulgación por su equilibrio, moviéndose entre la vieja tradición de la escuela polifónica, la sonata bipartita y las nuevas corrientes de influencias  alemanas. Un ejemplo de la asimilación de Haydn, en cuanto a la idea  formal y melódica, obra pues, de perfecta transición.

Joan Mª Thomas Sabater, con la Toccata Post  Te- Deum, de 1943, extensa y de brío expresivo, de profundo conocedor de repertorios corales, que había creado la Associació Bach per a la Música Antiga i Contemporània de Palma de Mallorca.  Tomás Garbizu Salabaría, cedió su Sequentia, de 1950, un vivo ejemplo, según comprobamos, de sus actividades como compositor e intérprete de órgano, ligado a la facilidad en cómo improvisaba, dando lugar a veces a no poder distinguir, si improvisaba, destacando además por la comunicación que creaba con su medio de expresión.  Jesús Guridi por el Tríptico del Buen Pastor de 1953, obra de considerable atractivo tímbrico y melódico, producto de su paso por la Schola Cantorum parisina, en donde estudió órgano con Decaux, además de composición con Sérieyx y contrapunto y fuga con D´Indy.  De Joaquín Turina tuvimos el Preludio Op. 10 y la Musette Op. 13, maestro que también conoció una etapa fundamental en la Schola Cantorum y de tal experiencia, surgieron  esas piezas, dentro del escaso catálogo dedicado al órgano. Hubo de pasar entonces los severos rigores de V. D´Indy.  

Roberto Fresco. Obras de Correa de Arauxo, J.B. Cabanilles, Carlos Baguer, Juan Mª Thomás, J. Turina y J.Guridi.
S.A.M.I. Catedral de Santiago de Compostela

La Música callada de Mompou por Josep Colom

Mompou, un compositor de una formación tardía y técnicamente pobre, pero con un componente genial irresistible. Su música está construida a base de pequeñas piezas sin desarrollo ninguno y sin posibilidad de análisis. Su magia es inexplicable, todo producto de la intuición, del hallazgo si se quiere. Él mismo decía que no componía su música sino que, simplemente, la encontraba mientras pasaba horas sentado al piano. Esa falta de método, por así decirlo, es lo que hace que suene tan fresca. La valoración del compositor por Colom y que cundía en razones para una sesión, en la que los cuadernos de la obra, tuvieron como entrada breves citas del Cántico espiritual de San Juan de la Cruz. Cuatro cuadernos en una interpretación medida por una concisión al límite de una agógica que abundaba en la concentración y el valor de los silencios, gracias a la autoridad de un pianista impregnado del pianismo requerido.

Para Mompou: Esta música más que una expresión da un ambiente expresivo, pero en el fondo, está la marca del estado de ánimo. En ese momento domina esa tristeza, esa nostalgia, seguramente la preocupación de la muerte. La Música callada es una música más abstracta. En uno de los sentidos más abstractos, porque a la que no tiene ninguna expresión, también la llaman abstracta, y la mía tiene expresión, y está dentro de la línea melódica. Oírlo y sentirlo gracias a Colom, sobre un grado de exigencia que no deja resquicios a indolencias ni actitudes de ausencia, atendiendo fidedignamente al espíritu de trascenderse, mientras el intérprete, en su austeridad puesta escénica,  nos convence definitivamente que hay secretos ocultos más allá del pentagrama stricto sensu. Liberación de la faramalla y el tumulto procedente del exterior, para entregarse a un obligado acto de devoción hacia el autor. 

Ramón García Balado

Josep Colom. F.Mompou, Música callada.
Capilla del Hostal de los RR.C.C. Santiago de Compostela

Foto: Josep Colom.

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