El concierto de la BOS comenzó, en esta ocasión, con la Obertura de Los esclavos felices de J.C. Arriaga, compositor bilbaíno nacido en 1806 que compuso la ópera con solo trece años. Después de realizar estudios en la capital vizcaína, se trasladó a París al Conservatorio donde fue nombrado profesor. En su estancia, compuso una obertura pastoral que es la que se conserva y ha sido interpretada con gran solidez y belleza por la Orquesta Sinfónica de Bilbao.
La obra trataba del proceso de desprogramación de Laura, estudiante de 21 años, esclava de la secta Los Hijos de Dios. De una gran riqueza armónica, resaltada por la magnífica dirección de Laurence Equilbey.
El Concierto para Violonchelo y Orquesta en Do Mayor de F.J Haydn empieza con la orquesta, reducida a petición de la directora, seguramente para realzar el instrumento solista y con la incorporación de un clavicémbalo. Después se une el cello con notas repetitivas. En el movimiento lento, con el descanso de los vientos de la orquesta, Asier Polo hace su entrada, dramáticamente, con una nota larga (gesto repetido varias veces). Las cuerdas abordan el tema de apertura. Al final, la orquesta vuelve a introducir y acompañar, espléndidamente, al violonchelo que el instrumentista ejecuta con gran virtuosismo y que, por momentos, parecen dos cellos en lugar de uno.
Hemos tenido la suerte de contar con un artista como Asier Polo, bilbaíno, que ha sabido compaginar la música clásica con la contemporánea. Compositores como Luis de Pablo y Antón García Abril le han dedicado sus conciertos para violonchelo. Por petición del público, nos regaló piezas de Bach. Parecía que nos estaba hablando.
El broche del concierto fue la Sinfonía nº1en do menor de J.L. Farrenc. Compositora que nació en París y estudió también en el Conservatorio (donde fue interpretada la primera sinfonía) y es posible que coincidiera con Arriaga a pesar de la separación por sexos que existía. Fue la segunda mujer profesora de la institución aunque tuvo que esperar más de diez años para cobrar lo mismo que sus compañeros.
El primer movimiento de la obra, lleno de melancolía, dirigido e interpretado lentamente, da paso al primer violín que inicia el segundo. Termina con un ritmo más rápido, apareciendo las notas del principio y terminando con una orquesta resolutiva.
La directora, francesa nacida en 1962, y con gran prestigio en el repertorio coral, es, actualmente, la directora artística y de educación del Conservatorio de París. Uno de sus objetivos es recuperar las obras olvidadas de compositoras como J.L. Farrenc.
Labor muy necesaria pues muchas de ellas fueron esclavas de la situación de la época en la que vivieron. Como decía un gran escritor alemán: Aquel que en nombre de la libertad renuncia a ser quien debe ser se está suicidando pues el mayor esclavo es el que se tiene por libre sin serlo.
Genma Sánchez Mugarra
Orquesta Sinfónica de Bilbao
Laurence Equilbey, directora
Asier Polo, violonchelista
Música de J.C. Arriaga, F.J. Haydn y J.L. Farrenc
Palacio Euskalduna de Bilbao
Foto: La directora Laurence Equilbey.