De nuevo acudimos a Zamora convocados por el festival LittleOpera Zamora, lo que, como en años anteriores, nos ha permitido disfrutar de pequeñas grandes obras del repertorio de la ópera de cámara, género al que está dedicado el Festival, único en España que tiene este contenido en exclusiva.
Esta edición ha tenido lugar el primer fin de semana de agosto, cuando lo habitual en este Festival es que transcurra durante el último fin de semana de julio. A simple vista hemos podido percibir que la asistencia a los espectáculos de LittleOpera Zamora ha sido mayor que otros años, y la organización del festival confirma que se ha duplicado la venta de abonos y que ha crecido la venta de entradas por internet. Parece que la propuesta del festival va calando entre los aficionados a la lírica de este país y entre los propios zamoranos.
Un año más LittleOpera Zamora ha contado con la colaboración de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León para inaugurar el festival con la tradicional Gala Lirica en la Plaza de la Catedral. En esta ocasión, a las órdenes del cordobés Alberto Cubero, que debutaba al frente de la formación. Y con las voces de Aquiles Machado y Miren Urbieta-Vega para ofrecer un programa fino y variado, donde cupieron Verdi, Leoncavallo, Puccini, Bellini, Bizet y Gounod. De este último fue la sorpresa musical de la velada, ya que pudimos escuchar unos fragmentos de su última ópera El tributo de Zamora, pieza que tuvo gran éxito en su estreno pero que ha quedado relegada al olvido, de tal manera que solo se ha interpretado completa una vez en tiempos modernos. La edición crítica de la música que pudimos escuchar en Zamora ha corrido a cargo de Alberto Cubero, en un encargo del Festival LittleOpera.
Aquiles Machado cumplió en los fragmentos en los que participó como solista, demostrando que ha sido uno de los grandes tenores de su generación, y que aún sabe manejar su voz con habilidad, aunque en algunos momentos pueda sonar algo áspera y desabrida. Su mejor intervención tuvo lugar cantando Leoncavallo y en el fragmento recuperado del mencionado El tributo de Zamora. Miren Urbieta-Vega demostró porqué cada vez más teatros internacionales cuentan con ella para sus producciones, con una voz en plenas facultades, amplia, de limpios agudos, con un hermoso color, segura en todos los aspectos de su canto. Y con la extraordinaria cualidad de transmitir emociones, como quedó patente en el Ave María del Otello de Verdi. Cubero estuvo muy seguro toda la velada, en buena sintonía con una OSCYL que dirigía por primera vez, con la que logró matices y dinámicas que la buena sonorización de esta edición permitió apreciar sin dificultad.
El sábado 5 tuvo lugar un esperado estreno, por la expectativa despertada. Desde la primera edición de LittleOpera Zamora este festival ha apostado por la música de nueva creación, y este año la apuesta ha crecido, ya que se ha programado un estreno mundial, la ópera de cámara The Metamorphosis, del compositor leonés Igor Escudero, basada en La metamorfosis de F. Kafka. En 2024 se cumple el centenario del fallecimiento del escritor y esta coproducción con la Associació de Concerts de Reus viajará también en fechas próximas a Inglaterra, con la esperanza de que otros festivales y ciclos líricos se interesen por ella.
Escudero es también el autor del libreto, en inglés, reduciendo y condensando el material de la novela corta de Kafka hasta llegar a una obra que dura poco más de una hora. Ha logrado un muy buen trabajo extrayendo del texto original todo el desconcierto, la angustia y el sinsentido que Kafka desarrolló en su novela. Su trabajo compositivo ha ido parejo con la colaboración con los músicos que han participado en la producción, especialmente el pianista Krzysztof Stypulkowski y el tenor William Wallace, buscando siempre que las dificultades técnicas plasmadas en la partitura pudieran ser interpretadas. Porque esta Metamorphosis no es una obra de fácil ejecución, ya que contiene entre sus notas numerosos recursos musicales complejos y técnicamente exigentes, aunque el oído del oyente no perciba esta dificultad. Música influida por el expresionismo, contiene numerosas referencias al minimalismo musical y emplea en ocasiones recursos habituales de la música cinematográfica, en una hábil combinación que completa una obra muy equilibrada y bien desarrollada, compuesta por una serie de escenas enlazadas por fragmentos musicales interpretados sin solucion de continuidad, que reflejan el conflicto interior del personaje, en ese viaje interior que describió Kafka de la mediocridad a la otredad, llegando a la resignación final, final que Escudero puntea con un delicado lirismo.
En este estreno Marc Moncusí, dirigiendo a los cinco músicos que formaban en esta ocasión el Ensemble LittleMusica, ha sabido defender con maestría la partitura, atento tanto a la parte orquestal como a la vocal, donde brilló el citado W. Wallace en el ingrato papel de Gregor Samsa. El tenor británico demostró sus capacidades actorales en una puesta en escena ideada por Íñigo Santacana, que le obligó a estar embadurnado de material oscuro desde el inicio de la obra, imaginativa forma de representar la metamorfosis que sufre el personaje, y a reptar por el escenario durante largos minutos. Todo ello sin detrimento del canto, un largo recitativo dramático muy efectivo que Wallace cantó de manera impecable. Escudero acompaña a Samsa con el personaje de su hermana, donde destacó el canto de la soprano Paula Mendoza, muy segura en su evolución de hermana amorosa y preocupada a mujer despiadada y egoísta.
Éxito de público, que apostó por este estreno con una muy buen entrada en el teatro Ramos Carrión de Zamora, y que premió con largos aplausos a músicos y compositor al finalizar la obra.
Este año se cumple el centenario de la primera representación de El retablo de maese Pedro de Manuel de Falla, y LittleOpera Zamora ha querido participar de este aniversario programando una producción de este título en dos pequeñas localidades de la provincia, Fermosalle y Bermillo de Sayago, los días 3 y 4 de agosto, así como el domingo 6 por la mañana en la propia Zamora. Pudimos asistir a esta última representación, en un espacio al aire libre junto al río Duero, las Aceñas de Cabañales, espacio rehabilitado por el Ayuntamiento y que ahora está destinado a acoger espectáculos de todo tipo.
El día fue clemente y a la sombra de una acogedora arboleda pudimos contemplar una versión de la obra de Falla que cumplió los objetivos marcados. Se nos contó la historia de la francesa Melisendra, esposa de don Gaiferos, y el desvarío de don Quijote al dar por real lo que maese Pedro y sus títeres contaban. En esta producción no hubo títeres sino dos actores que fueron explicando lo que sucedía sobre el escenario, donde estaban instalados un piano eléctrico que hizo la función de orquesta y el retablo de maese Pedro. La pianista Natalia Zapatero supo sacar partido de su instrumento acompañando con amplia solvencia a los cantantes participantes: Mauro Pedrero como don Quijote, Adelaida Galán como Trujamán, y Carlos Fernández como maese Pedro. En nuestra opinión, el mejor resultado correspondió a Galán, con una voz limpia y ajustada al sonsonete que exige el recitativo que compuso Falla para su personaje. Atractivo espectáculo que gustó tanto al público infantil como al adulto.
El domingo por la tarde se representaron en una misma producción la Cantata del café de J. S. Bach y La canterina, de J. Haydn. En ambos casos Luis Aguirre se hizo cargo de la dirección musical, al frente del Sonor Ensemble, con Rita Cosentino en la dirección de escena y un reparto vocal donde primó la juventud sin demérito de la calidad musical.
La Cantata del café es una obra atípica dentro del catálogo de Bach, donde aparece con su nombre original Schweigt stille, plaudert nicht (Silencio, no habléis), BWV 211. El libreto de esta obra, que es verdaderamente una ópera de cámara humorística, está relacionado con el furor que vivió la sociedad europea en torno al café durante el siglo XVIII. Las casas de café (o cafeterías) se convirtieron en punto de reunión de filósofos, intelectuales y ciudadanos de mente inquieta, que con la excusa de tomar café (un artículo de lujo) organizaban tertulias de todo tipo. Bach frecuentó la cafetería Zimmermann en Leipzig, donde desde 1720 se alojaba un Collegium Musicum fundado por Telemann, y en este lugar estrenó la obra que nos ocupa, una crítica desenfadada a la adicción al café que veía a su alrededor.
La obra está protagonizada por un padre y su hija, que mantienen un diálogo alternando recitativos con arias, mientras discuten sobre el disgusto del padre por la excesiva dependencia de la muchacha al café. Este personaje estuvo interpretado por Natalia Labourdette, joven soprano madrileña, que está desarrollando una interesante carrera lírica, tras ganar merecidamente varios premios internacionales. Labourdette posee unas bases técnicas muy bien entendidas que le permiten manejar su voz de soprano ligera con seguridad y gran brillantez, cantando en estilo los recitativos y despegando en las arias. Le dio la réplica muy adecuadamente el bajo Javier Povedano en el papel de padre, adecuado al rol con un fraseo seguro y un color de voz homogéneo. Estuvieron bien acompañados por el tenor Marc Sala. La puesta en escena corrió a cargo de Rita Cosentino, quien tiene amplia experiencia en este tipo de óperas de cámara. Situó acertadamente a los personajes en una carretera a bordo de una bicicleta con sidecar, haciendo que todo el diálogo transcurriera mientras padre e hija realizan un viaje cargados con bolsas de compra, entre las que se encuentran varios sacos de café.
En la segunda parte se interpretó La canterina, breve ópera bufa de Joseph Haydn. Según las estadísticas de Operabase, esta obra se representa muy poco en tiempos actuales, lo que hace aún más interesante la propuesta de LittleOpera Zamora por recuperar estas piezas de un repertorio casi olvidado. Aquí Haydn pone música a un libreto algo convencional, sobre una joven cantante que se aprovecha económicamente de su maestro de canto a la vez que ‘hace ojitos’ al vecino adinerado. Con mucho acierto, Cosentino organizó la escena de forma bastante convencional, situándola en un espacio hogareño, dejando que el peso de la obra cayera sobre el trabajo actoral y musical de los protagonistas, en este caso Natalia Labourdette como joven cantante, Anna Cabrera como madre, Marc Sala como profesor de canto y Pepe Hannan como joven pretendiente. Todos ellos poseen amplias dotes dramáticas, haciendo las delicias del público con unas interpretaciones llenas de comicidad y dobles sentidos. En lo musical todas las voces cumplieron a la perfección, donde volvió a destacar Labourdette con una voz segura y perfecta para el rol encomendado, y una caracterización de personaje fresca y chispeante. Sala demostró la vis cómica necesaria para darle la réplica, haciendo muy buena pareja en lo musical, y Cabrera resultó toda una agradable sorpresa en el papel de madre intrigante, con una voz amplia y muy bien timbrada.
Una producción que hizo la delicia del público que llenó por completo el Teatro Principal de Zamora. LittleOpera puede enorgullecerse de seguir creciendo en lo artístico, triunfando en todas sus propuestas, ya sean más arriesgadas (como La metamorfosis) o más clásicas, como las de Falla y Bach/Haydn. En todos los casos, el amor por un género tan desconocido como es la ópera de cámara está logrando el milagro de atraer cada vez más la atención de público y crítica.
Javier Semberoiz
Zamora. Festival LittleOpera 2023, octava edición
Viernes 04 de agosto de 2023 / Plaza de la Catedral, Zamora
Gala lírica
Aquiles Machado / tenor
Miren Urbieta-Vega / soprano
Alberto Cubero / dirección musical
Orquesta Sinfonica de Castilla y León
Sábado 5 de agosto / Teatro Ramos Carrión, Zamora
The metamorphosis
Igor Escudero / compositor
William Wallace / tenor
Paula Mendoza / soprano
Krzysztof Stypulkowski / piano
Ensemble Littleopera. Marc Moncusí / director musical
Iñigo Santacana / director de escena. Victor Longás / Espacio escénico e iluminación. Mar P. Soler / Ayudante de dirección y vestuario
Domingo 6 de agosto / Aceñas de Cabañales, Zamora
El retablo de maese Pedro, de Manuel de Falla
Don Quijote: Mauro Pedrero / barítono
Trujamán: Adelaida Galán / soprano
Maese Pedro: Carlos Fernández / tenor
Víctor Hernández / actor. Carlos Zamora / actor
Natalia Zapatero / piano
Cristian Santos / Director de escena
Domingo, 6 de agosto. Teatro Principal, Zamora
La cantata del café, de . S. Bach / La canterina, de J. Haydn
Intérpretes
Natalia Labourdette / soprano
Marc Sala / tenor
Javier Povedano / barítono
Anna Cabrera / soprano
Pepe Hannan / tenor
Roberto Vizán / actor
Sonor ensemble
Sebastián Mariné / clave
Luis Aguirre/ dirección musical
Rita Cosentino / dirección de escena. Alejandra Requeijo / escenografía y vestuario. Lía Alves / Diseño de iluminación