Programa dentro del contexto de lo que históricamente se entendía como santo y seña de aquellas clases pudientes por condición y señorío, y que a su manera, se concedió Aarón Zapico, respetado intérprete y director asturiano especialmente apreciado por sus aportaciones musicológicas con sus colegas Forma Antiqua, que nos dejó registros modélicos: Bizarro!!; Rara Avis, con el contratenor Xavier Sabata; Opera Zapico: Ópera de Monteverdi a Mozart; Vivaldi (Quattro Staggioni); Sopra Scarlatti: Cantate à voce sola-con la soprano María Espada-, o Crudo Amor, duetos de amor, con el contratenor Carlos Mena y la soprano Eugenia Boix. Es artista de los sellos Arsis; Winter & Winter y Columna Musica. Estudió en el Koninklijk Cons, Den Haag (La Haya), con Jacques Ogg, y colaboró con formaciones de élite: Accademia del Piacere; Orpheon Consort Wien; La Caravagglia; La Real Cámara; La Ritirata o El Concierto Español, con quien tuvimos ocasiones de escucharles, mientras reparte compromisos con su colegas Emilio Moreno, Fahmi Alqai o Franz Brüggen.
Un repaso por nombres como Charles Avison- Concerto grosso nº 5, en Re m., sobre las sonatas de Domenico Scarlatti, obras que conocieron divulgación reciente gracias a la labor de Café Zimmermann, con Pablo Valenti-concertino-, tratamiento realizado con idoneidad y criterios idiomáticos. Otra idea la aportaría la lectura de Roy Goodman con el Brandenburgh Consort. Un compositor, Avison, que dejará argumentos por sus Concerti Grossi Op. 9 y los Op. 6, que prepararán espacio hacia estos 12 Concerti Grossi sobre las obras de Scarlatti, que posteriormente conocerán transcripciones para clave, un aspecto que será constante en el conjunto de sus obras, recreando sutiles ambientaciones que remiten al mundo sonoro de Scarlatti. Avison había seguido la escuela de Geminiani, forjándose como organista en la iglesia de St. John y de St. Nicholas, de Londres y como idea, este Concerto grosso en sus cuatro tiempos como acceso a un primer apunte en este Grand tour.
José Castel -Sinfonía nº 3-, destacó como músico para el teatro en Madrid (1769/81), compartiendo tablas con Aranaz, Blas de Laserna, Esteve o Mariano Bustos, siempre en el contexto de aquel estilo de zarzuelas entretenidas y jaraneras. La hermosa gitanilla en El Coliseo o Los negros y los moros, tienen su valor por su estilo como sainete, en especial para solos y coro- un detalle por el coro de moros y moras Viva Majoma y el de negros Que todos los negros bailan el cumbé-, exotismos que no empañan el aire de seguidilla a solo: Atención señoritas y caballeros, que con gran aceptación propalaba Lorenza Santisteban. Uno más entre las mojigangas y las tonadillas, que dedicará con dominio estas formas de obras concertantes y sinfónicas, acertado ensamblaje para esas obras escénicas de asegurada aceptación entre los madriles del XVIII, mientras colaboraba con Ramón de la Cruz, en las aventuras de mayores vuelos.
G.F. Telemann, con la obertura de La Bizarre, en Solo M., El galante Telemann a caballo de épocas y estilos, fundador del Collegium Musicum de Leipzig además de director de la Ópera, que le granjeó más de un problema, fue innovador por la vía de urgencia tanto para él como para la posteridad, a pesar de infortunados desencuentros con Kuhnau y sobrellevar responsabilidades como Kantor, en esa ciudad. Pudo conocer a J.S. Bach en Eisenach, compaginando labores poco después en Franckfurt der Maine, ya respetado por su entusiasmo en trabajos escénicos, bastantes recuperados desde decenios recientes. Prolífico por naturaleza, se relajará con seguridad en el estilo de estas formas de obertura que solían manejarse dentro de modismos alla francesa, un peculiar y acido sentido del humor, para lucimiento de las orquestas destacando la plantilla orquestal disponible y que le convertirán en compositor de éxito asegurado por sus acentuaciones pintorescas. Ases bajo la mano para mostrarnos su sentido del humor que compendian La Bizarre, observable en pasajes como la Gavotte ed rondeau, la Branle, la Fantasie o el Rossignol de cierre.
Johann Sebastian Bach con la Sinfonía de la Cantata Am Abend aber desselbigen Sabbats BWV 42, para el Domingo Primero después de Pascua (1725) sobre texto de autor desconocido al igual que la BWV 6. La Sinfonía inicial, muestra un carácter arrollador e impositivo, con acentos brillantes que en ocasiones comunes, se confían al coro de entrada. Con seguridad parece un movimiento de concierto para obra de talante distinto como vemos en obras anteriores, una orquesta dentro del estilo de Concerto grosso, dividido en dos grupos, un trío de instrumentos de viento (dos oboes y fagot), y la cuerda en apoyo del continuo. Estos grupos presentan un material muy parecido que intercambian de acuerdo a la técnica concertante.
Franz Xaber Richter y la Gran Sinfonía nº 4, conocido en Francia con ese nombre aunque con seguridad, procedente de Moravia y genuino representante de la Escuela de Mannheim- nuevo eslabón para este Grand tour-destacando en sus quehaceres por su sapiencia contrapuntística. Los Mozart llegaron a tratarle en París, aunque la consideración mutua no dejase opiniones positivas. También tuvo tratos con Marie Antoinette, un músico pues, cosmopolita que fue un dotado maestro en todos los frentes, siempre bien recibido en el entorno de la familia real de los Habsburgo, llegando a ser Vize-Kapellmeister en Kempten, con el Prínicipe Abbot Anselm von Reichlin-Meldeg. Compositor de música sacra, se aseguró el cargo de Kammercompositeur a partir de 1768, que le facilitará dedicarse intensamente a estas músicas camerísticas, que le ubicarán como un creador casi pasado de época, permaneciendo con todo sus oficios como maestro por su tratado Harmonische Belehrungen oder gründliche Anweisung zu der musikalischen Ton- Kunst oder regulärem Komposition, basado en el Gradus ad Parnassum, de Fux.
F.J.Haydn -Sinfonía nº 30, en Do M. Alleluia, de la serie de Sinfonías Eisenstadt I (1761/5), el nombre atribuido responde precisamente al Allegro, en el que figura el alleluia gregoriano de la Víspera de Pascua, con el sencillo cambio de una nota y que Haydn adaptará para el trío para baryton, en Re M. Hob, XI. 64 (1767/8), un instrumento que caerá en desuso, a excepción de pequeñas agrupaciones que llevando su nombre le rescaten del anonimato. El propio Mozart, su alumno, retomará el tema en el Alleluia K. 553, esa resolución por temas gregorianos, será un acercamiento tímido dentro de una intención de tratarlo de forma discreta y pudorosa, oculta entre las voces internas- segundos y viento, al tiempo que lo primeros observan una nutrida ornamentación. El Andante goza de resueltos adornos en la flauta mientras las trompas permanece silenciosas, y el Tempo di menuetto, se remarca en su alegría desbordante resaltando dos tríos de la sección principal, quedando el primero como un ländler, entre flauta y cuerdas. Objetivos cumplidos a voluntad de Aarón Zapico.
Ramón García Balado
Real Filharmonía de Galicia / Aarón Zapico
Obras de Charles Avison, José Castel, G.F. Telemann, J. S. Bach, F. X. Richter y J.Haydn
Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela