Es sorprendente que, al día de hoy, Dmitri Shostakóvich siga... sorprendiendo. Sus piezas y sinfonías más trilladas se han incorporado al repertorio con relativa naturalidad, forman parte del acervo sinfónico, no sorprenden más allá de la admiración y disfrute que supone su atenta escucha, pero las menos accesibles, las menos o nada recurrentes en los programas sinfónicos habituales, siguen teniendo una curiosa aura de imprevisibilidad que no deja de ser, a estas alturas de la película, sorprendente: "La sorpresa... por la sorpresa", una paráfrasis post-moderna de aquel "El arte por el arte".
La Orquesta de la Comunidad de Madrid dirigida por Jordi Francés, con el bien ganado protagonismo de Joan Enric Lluna en el estreno de todo un Concierto para clarinete, firmado por Jesús Torres, abordó, de inicio, unas circunstanciales, teloneras diría sin pestañear, primera vez interpretadas por la orquesta, Canciones campesinas húngaras de Béla Bartók, para llegar, tras el citado Concierto con solista y descanso preceptivo, a un maduro Shostakóvich en su "sorprendente..." Decimoquinta sinfonía.
Y es que está obra, crepuscular de su amplio ciclo sinfónico, se sustenta en sus bien plantados extremos: un preparado, terso y convincente final, y un activo primer movimiento, pleno de fervor Rossiniano… "sin resolver..." Entre tanto, compromisos interpretativos, como el que afrontara el violonchelo solista, o por secciones, en una orquestación atrevida y exigente con todos, atriles y podio, con cierta tendencia a la fragilidad, cuya entereza formal, más allá del sinfonismo al uso, se soporta en términos globales, de contexto; aquí sí: "el arte por el arte".
El Concierto para clarinete de Torres ofreció a su acreditado solista, Lluna, una inestimable oportunidad de lucir sus cualidades interpretativas y versatilidad técnica en combinación con la orquesta, con un buen ramillete de vistosos recursos de todo tipo, catálogo que no pretendió incidir en demasía en aquéllos más vanguardistas, aunque, en los consabidos tres movimientos tradicionales, también hubo sus "multifónicos", eso sí, más misteriosos que de costumbre.
Luis Mazorra Incera
Joan Enric Lluna, clarinete. Orquesta de la Comunidad de Madrid / Jordi Francés.
Obras de Bartók, Shostakóvich y Torres.
ORCAM. Auditorio Nacional de Música. Madrid.
Foto: Joan Enric Lluna, clarinete.