Peter Godard Lieberson, autor de las 5 Neruda Songs, hilo conductor del programa de la Real Filarmonía de Galicia dirigida por Joana Carneiro, tuvo como maestros a Milton Babbit, C. Wuorinen, D.Martino y M. Boykan, en la Columbia University, siguiendo posteriormente con Chögyam Trungpa, quien le acercó al budismo tibetano Vajrayana. Asistió a cursos en la Brandeis University y en la Harvard University , convirtiéndose en director artístico del Halifax Shamhala Center, de Nueva Escocia. Su segunda esposa, Lorraine Hunt, mezzosoprano, entró en su vida en 1997, durante una producción en la Santa Fe Opera, para su ópera Ashoka´s, para la que compondrá las Rilke Songs y las Neruda Songs, producto de un encargo de la O. F. de Los Ángeles y la Sinfónica de Boston, cuyo estreno se realizó el 20 de mayo de 2005, con la O. F. de Los Ángeles, Esa Pekka Salonen, y ella como solista, para repetir con la O. S. de Boston, bajo la dirección de James Levine. Lorraine Hunt, murió de cáncer en julio del año siguiente, a los 52 años. Otro de los ciclos importantes, serán las Songs of Love and Sorrow, a propuesta de la O. S. de Boston. En 2007, ganó el Grawemeyer Prix, de la Louisville University. El compositor murió en 2011, por complicaciones de un linfoma.
Cinco son las canciones de Neruda: Si no fuera porque tus ojos tienen color de Luna, Amor, amor, las nubes a la torres del cielo, No estés lejos de mí, un día solitario, Ya eres mía. Reposa tu sueño en mi sueño y Amor mío, si muero y tú no mueres. Escritas para mezzo y orquesta. Sarah Connolly, una voz de recursos líricos y dotado registro para atender a las exigencias de este estilo de canciones, trató con sensible detallismo la poética un tanto ingenua que demandan los versos de Pablo Neruda, unas canciones que para más detalle, la propia directora Joana Carneiro, había tenido el privilegio de conocer a través de una vivencia personal, que la animó a incorporarlas para el programa con profundo acento Latinoamericano. Peter Lieberson, compositor entregado a las vanguardias, quiso que estas canciones recibiese un trato orquestal próximo al romanticismo tardío, en los modismos de la Segunda Escuela Vienesa.
Carlos Chávez y A.Copland, se conocieron en los Estados Unidos, a mediados de 1928, en plena juventud, momento en el que el mejicano, se interesó por la música del país que visitaba y la amistad entre ambos, se haría duradera y estrecha. Obras de Chávez comenzarían a divulgarse gracias a la International Composer Guild, neoyorquina, antes de la vuelta su tierra, para acceder al cargo titular de la Orquesta Sinfónica de Méjico, cuando frisaba la treintena. Pasarán años antes de que en la década de los sesenta, Chávez culmine la gloria con obras como Resonancia, el ballet Pirámide o Discovery, de 1969-pieza que abrió la sesión-, con la que se conmemoraba el bicentenario del descubrimiento de la bahía de San Francisco, por Gaspar Portola. Una obra para cuerda con acompañamiento ligero de vientos- flauta (doblada por el flautín), oboe, corno inglés, fagot, dos trompas y trompeta. El autor defendía la técnica no repetitiva de Discovery, un proceso que creía que impedía la repetición y evitaba deliberadamente los intervalos que tendían a polarizar los centros tonales. Rasgos especiales son la densidad de la cuerda, extrema en las partes en que se usa una escritura a seis voces, los pasajes concertantes como el trío para trompeta con sordina y trompas, y un dueto de oboe y corno inglés.
Aarn Copland, con Three Latin-American Stekches, trabajo de un período de intensa conciencia social, en el que una figura descollante fue Marc Blitzstein. De los años de coincidencia con Chávez, guardaba memoria de las docencias de Boulanger y Arnold Schönberg. Aquí le hallaremos comprometido con las raíces latinas y producto de ello, serán el Danzón Cubano, para dos pianos; la composición orquestal Three Latin-American Sketches, de 1972, enraizándose en buena medida con las tradiciones norteamericanas, con vivos ejemplos de éxito internacional como Rodeo, Salón Méjico o Billy The Kid, procedentes de los años cuarenta, siempre un puente establecido que comunica épocas e indagaciones estilísticas, en las que no resulta extraño encontrar claras afinidades. Tres breves acuarelas pintorescas de talante descriptivo: Estribillo, Paisaje Mexicano y Danza de Jalisco. Resumen la idea perceptible en cuanto a este compositor, por la capacidad de transformar un material básicamente sencillo, en nuevas formas impredecibles y musicalmente renovadoras, que sabrán calar a fondo en el gusto de los aficionados. En otro ámbito, descubriremos las influencias del jazz, que arraigaron en obras de juventud, con detalles como los aspectos percusivos en el piano.
Ramón García Balado
Sarah Connolly
Real Filarmonía de Galicia / Joana Carneiro.
Obras de C. Chávez, P. Lieberson y A. Copland
Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela
Foto © Xaime Cortizo