El ciclo Poética del laberinto para cuatro de saxofones del compositor residente de esta temporada del Centro Nacional de Difusión Musical, Alberto Posadas, fue la tenaz y labrada obra que dio comienzo a las, siempre estimulantes, propuestas del ciclo Series 20/21 del Centro Nacional de Difusión Musical en 2025. Un ciclo que, como bien saben, es heredero de la trascendente labor pionera en este y otros muchos sentidos, algunos abandonados, del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea (más conocido como… el CDMC), sito en este mismo Centro de Arte y Museo Nacional Reina Sofía.
Presentada por el cuarteto de saxofones, SIGMA Project, formado por: Andrés Gomis, Ángel Soria, Alberto Chaves y Josetxo Silguero (portada de RITMO en junio de 2024), resultó a la postre, una propuesta contundente, concisa por medios y recursos, enérgica por momentos pero, sobre todo, caracterizada por una disposición sonora intensiva y extensiva.
Intensiva por la conjunción permanente de las cuatro piezas instrumentales en liza, en un concepto de relativa raíz camerística pero intenso e insistente en tesituras y texturas, sin, prácticamente, descansos para cada uno de sus cuatro integrantes, salvo los necesarios para mutar instrumento.
Extensiva por el planteamiento tenaz de una estructura medular de desarrollo paulatino, paciente, con pocos momentos escogidos, de dinamismo imitativo y vistosas líneas entrelazadas en movimientos contrarios. Texturas como aquella sección con que se remataba Knossos, la primera de las tres piezas que conformaban aquel ciclo: Poética del laberinto.
Conducida, pues, con inteligencia discursiva, tensión retórica, concentración y concertación por el SIGMA Project, partió de la sonoridad incisiva, pero misteriosa de esta guisa, del saxofón soprano. Cuatro saxofones sopranos en una suerte de retórica donde el tradicional simbolismo musical, acústico si me apuran, tomaba un cariz desprovisto de temáticas o significados inmediatos; sin aparente perspectiva.
La clivis constante, con cierta intención retórica como ya dije, el colapso sonoro de la pulsación sobre el unísono, los batidos frecuenciales realizados desde un primer momento a solo... fueron misterios que la física trasladó a la materia musical ya desde el Knossos inicial.
Así, ya en una suerte de ascensión, se abocaría en escalas y otros activos gestos entrelazados citados, en una mayor paleta tímbrica y frecuencial. Complejidad que compensaba para los oídos más tradicionales, los momentos de rarefacción acústica detrás del estudio de pulsaciones, unísonos y préstamo de tesituras entre instrumentos de la familia.
Klimmen en dalen sobre formas de movimiento más pausado, volvió, de alguna forma, a aquel conciso imaginario formal sin concesiones, para abocar en unos, algo más sintéticos y discursivos Senderos que se bifurcan con que se cerraba este ciclo.
Un gesto final, curiosamente (en este contexto) adaptado a la retórica de los categóricos gestos cadenciales, remató una partitura que dejó, así, constancia de un denodado proceso con raíces en lo formal y físico en un sentido amplio y guiños a lo motívico más tradicional como, sobremanera y sin ir más lejos, este gesto de puntuación final o la entrada escalonada de sus cuatro integrantes (sus cuatro… “voces”).
Luis Mazorra Incera
Cuarteto de saxofones, SIGMA Project: Andrés Gomis, Ángel Soria, Alberto Chaves y Josetxo Silguero.
Obra de Posadas.
CNDM-SERIES 20/21. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Madrid.
Foto © Rafa Martín