Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / La OSCyL y bien elegida música inglesa del XX y XXI - por Jose M. Morate Moyano

Valladolid - 30/11/2024

Aunque hubo quien vaticinó poca aceptación para un programa como el abordado por la OSCyL, quinto de Abono en su sede, la ya comentada habilidad del Titular Thierre Fischer para confeccionarlo, anuló el vaticinio, al contar además con Antoine Tamestit (París, 1979) y su viola Antonio Stradivarius 1672 (préstamo de la Fundación Habisreutinger) como Solista invitado, Primer Premio Internacional, entre otros, del “M. Vieux” 2001, “W. Primrose” 2003 y “ARD” de Munich 2004, y Residente este Curso en la OSCyL. La Sala se llenó y disfrutó por añadidura de dos estrenos, uno en España y otro local.

Obras y compositores elegidos, estaban interrelacionados dando unidad y prestancia a la sesión, iniciada con la Obertura "Peterloo” op. 97 (1968) de Malcolm Arnold (Northampton, 1921-Worwich, 2006), obra encargada para el I Centenario del I Congreso de Sindicatos ingleses, que recuerda la masacre habida en St. Peter's Field (Manchester), cuando los Magistrados del lugar enviaron a la Caballería para reprimirla, dejando 11 muertos y 400 heridos el 16/08/1819; se la apellidó "Peterloo" como irónica unión del lugar Peter y la terminación de Waterloo, ambos sitios de desastre aparente final. La obra es programática por tanto y tripartita; inicia seria y noble como el objetivo de mejora de los trabajadores, en unísono de cuerdas con trombones, más tuba, arpa y contrabajos (que estuvieron excelentes todo el concierto), y un segundo tema para vientos y arpa con vuelta al inicio; el segundo tercio es para la carga de Caballería, metales y percusión rudos y justos; y el tercero, tras breve lamento por las víctimas, pasa a un brillante Sol M. y mensaje que esas muertes no serán en vano y la Justicia triunfará en el mundo. La lectura respondió a lo planteado y Fischer se anotó el primer tanto, vista la respuesta favorable del auditorio.

Vino después el Concierto para viola y orquesta en La m. (1929), de William Walton (Oldham, 1902-Isquia, 1983), en revisión de 1961 que aligeró algunas texturas orquestales y oir mejor a la viola solista. Tamestit estuvo soberbio, con un sonido hermoso y homogéneo, de volumen capaz de producir dinámicas extremas de absoluta expresividad y afinación exquisita. Fischer, dominando partitura y atenta OSCyL, supo dar adecuado carácter a cada movimiento. Fijó tonalidad en los compases iniciales con el clarinete bajo, apareciendo el solista en diálogo con el oboe, acelerar el ritmo y hacerlo pausado cuando el diálogo fue con la orquesta, cobrar energía y tornar al melancólico inicio. Al gestar Walton el Concierto mientras invernaba en la Costa amalfitana, el Scherzo tiene aire de enérgica y viva tarantela, rápido capriccio alla napolitana, solo de viola que resultó espléndido de gusto, canzonetta en el Trío con la trompa y cerrar con vuelta y sonoras trompas.

El largo Finale mantuvo sensaciones pero con mayor seriedad buscada; contrapunteados por los vientos, se lucieron fagot y viola, ésta cantabile como las maderas; fugado típico del autor en la coda y gran lirismo de la viola en su nuevo solo y adornado final. El público quedó encantado, y sus merecidas ovaciones, hicieron a Tamestit regalar Capriccio, op. 56 de Vieuxtemps, con musicalidad y virtuosismo admirables en dobles y triples cuerdas inmaculadas y precisos arpegios, encandilando aún más a la Sala, que le aplaudió con entusiasmo, compartido de nuevo con músicos y Director.

Abrió la II Parte el estreno en España de El efecto mariposa (2023), de la compositora Dani Howard (Hong Kong, 1993), encargo del Real Colegio de Música de Londres a su antigua alumna para su Centenario, que vio el título como su experiencia simple de estudiante y la influencia de ello en su trayectoria, es decir, pequeñas cosas que consiguen un gran impacto. La música muy bien orquestada, inicia como un vuelo de alas que se agitan y paran (luciendo trombones y flautas), que vo tomando cuerpo en tutti orquestal que mantiene el   revoloteo apoyado por la marimba, posándose al final con metales emitiendo solo aire. La pieza mantiene el interés, bien expuesta por Fischer y los suyos, con el lirismo y melancolía que la Obertura inicial y su misma calurosa acogida.

La Obertura "En el Sur", en Mib M. (1904), op. 50 de Elgar (también exalumno del Real Colegio dando otro nexo al Programa), apodada Alassio porque en esa ciudad costera italiana la concibió, fue feliz final. La gran Serenata central que contiene, fue tocada por Antoine Tamestit con fina delicadeza incluido en la amplia orquesta, acompañada por solo de trompa limpio y pianísimo, arpa y campanas, tras inicial triunfo en la batalla que hubo en el lugar (buen trabajo de metales y percusiones); la escena pastoral (trompas, maderas y cuerdas cada vez más sólidas y unidas); recuerdo al avance que supuso el Imperio romano tras ver las ruinas de un enorme viaducto; y cerrar con la recapitulación y el noble tema de apertura, hecho suave melodía antes del clímax final. La OSCyL brilló desde el concertino M. Truscott hasta el último de su gran orgánico, de la mano de Thierry Fischer, tan dominador, preciso y musical como siempre. Éxito total.

José M. Morate Moyano

 

Antoine Tamestit, viola

Orquesta Sinfónica de Castilla y León / Thierry Fischer

Obras de M. Arnold, W. Walton, D. Howard y E. Elgar

Sala sinfónica del Auditorio “J. López Cobos” del CCMD de Valladolid

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