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Crítica / La OSCyL presenta dos nuevos estrenos en España y Valladolid - por José M. Morate Moyano

Valladolid - 27/02/2024

Undécimo programa de la temporada OSCyL en su Auditorio presentó más novedades, comenzando por el Director invitado Ryan Bancroft (Lakewood, California, 1989), Titular de la Orquesta de la BBC de Gales y la Filarmónica de Estocolmo, joven que dirige "a la mano" con gran energía y poder de comunicación, algún exceso de gesto que produce leves problemas de equilibrio y ajuste en el conjunto, pero que domina las partituras y las transmite bien a público y músicos. Hubo de abordar el estreno en España de Weathered (Erosionado), Concierto para clarinete y orquesta de la londinense Anna Clyne (1980), Residente en la OSCyL, que lo escribió en 2022 para el clarinetista sueco Martin Fröst (también Residente y solista aquí) y la Real del Concertgebouw, tras mutuo acuerdo y puesta al día de las posibilidades técnicas y musicales que el virtuoso solista extrae de su instrumento; más la primicia en Valladolid de la Suite Lemminkäinen, op. 23 de Jean Sibelius, ambas recibidas con interés por el Auditorio lleno.

La escritura de Clyne aúna modernidad y tonalidad no libre de efectos, con dominio de timbres y colores de la paleta sinfónica, que la hacen asequible y grata al oyente. Esta vez lo demostró con su Erosionado, cuyo mensaje contra el calentamiento global que padecemos se entiende y se asimila con facilidad. Cinco a movimientos de 5 minutos cada uno, que describen el desgaste que vamos padeciendo en 5 materiales representativos: el metal, pensando en un puente que envejece; el corazón que sufre por ello; la piedra en la imagen que el agua produce al golpe con élla y el reflejo de un castillo medieval ya ruinoso; la madera en un bosque frondoso que devasta la deforestación; y la propia Tierra, víctima de ese cambio climático que la va matando, de ahí que en los movimientos inicial y final suenen tratamientos del fúnebre "Dies irae" y lúgubres campanas tubulares toquen a alarma.

El clarinete ejerce como hilo conductor constante, exigiendo un trabajo ímprobo de respiración, digitación y dominio técnico y musical, que Fröst ejerció con soltura e implicación y Bancroft concertó con acierto, ayudado por una OSCyL concentrada en el atento servicio de todas las muchas exigencias que la partitura plantea, pero satisfecha al percibir que ese esfuerzo se ve compensado con el bello y cautivador sonido que se va creando, junto a las habilidades lucidas por un solista-músico especial, sólo ocultado en algún exceso en forte, no controlado por Fröst y su vital energía. La Sala clamó su satisfacción y repitió sus aplausos, hasta que OSCyL y Fröst regalaron una idea del clarinetista, bien orquestada po su hermano, sobre un klezmer judío, donde ritmo (con prestaciones melódicas americanas y del jazz) y las habilidades técnicas y musicales del sueco, secundadas por la gozosa orquesta, crearon una particular atmósfera que, admirada, explotó en ovación final.

Los 4 poemas sinfónicos que integran la Suite de Sibelius, tienen su origen en los Runos 29, 14, 15 y 30 de las Leyendas del "Kalevala", poema épico finés, sobre aventuras y desventuras del guapo juglar Lemminkäinen, incluyendo devaneos amorosos en la isla Saari (trompas sonando como sirenas en la niebla, cuerdas como olas circundantes, vientos para el encuentro del juglar y las doncellas, con el cello a solo, describiendo el erotismo; la menos textual y más conocida El cisne de Tuonela, donde el corno inglés bordó el canto de la muerte, apoyado con finura por el cello sobre delicadas cuerdas agudas; el héroe en ese pueblo donde muere desmembrado y echado al río, para ser resucitado por el amor de su madre que acude a rescatarlo, donde todos los vientos reflejan el infernal crimen y las cuerdas hicieron suaves esa canción de cuna espejo del maternal amor; y terminar con el regreso de ambos a su Pohjola natal donde venga antiguos ultrajes, que el fagot y su motivo de 3 notas, basa todo el movimiento de feliz rondó final. Todo bien tocado, con algún pequeño desliz de ajuste al no usar batuta y falta de profundidad y color más oscuro conformes al ambiente finés que describe Sibelius. Con todo, el prometedor Bancroft y la OSCyL y todas sus familias y cabeceras, fueron repetidamente ovacionados, rematando con brillo un interesante y novedoso repertorio.

José M. Morate Moyano

 

Martin Fröst, clarinete

Orquesta Sinfónica de Castilla y León / Ryan Bancroft

Obras de Anna Clyne y Jean Sibelius

Sala sinfónica "J. López Cobos" del CCMD de Valladolid

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