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Crítica / La OSCyL inicia temporada con música de raíz hispánica - por José M. Morate Moyano

Valladolid - 29/09/2024

La OSCyL inició su Temporada de abono 24-25 en Valladolid, con un Programa muy bien urdido, norma habitual en su Director Titular Thierry Fischer, esta vez sobre lo "español musical" de fin del XIX hasta el XXI y su influencia en otras músicas. Y eso que hubo un hándicap sorpresivo: el solista de Guitarra, Pepe Romero (que venía celebrando su 80 aniversario), hubo de cancelar por grave asunto familiar, que le obligó a regresar a USA donde reside. La sustitución supuso, una mejora en el concepto que movía el repertorio previsto, que quedó formado por: Suite nº 1 de L'Arlesienne" (1872) de Bizet; Fantasía de Concierto sobre "Carmen" de Bizet (1882) op. 25 de Sarasate, con Leticia Moreno como violín solista (sustituyendo al anunciado "Concierto de Aranjuez" de Rodrigo); Kauyumari (2021) de Gabriela Ortiz y Suites nº 1 y 2 de "El sombrero de tres picos" (1919 y 21) de Falla.

Desde el unísono forte de violines del villancico "La Marcha de los Reyes" que Bizet utiliza como Preludio de la Suite nº 1 de su ópera  sobre La muchacha de Arlés, que sonó redondo y uniforme, percibimos que el excelente momento que la OSCyL acusa desde su puesta en manos de Fischer, continúa y se acentúa; si además, el nivel individual de músicos y cabeceras también ha madurado a nivel interpretativo, las versiones ofrecidas alcanzan cota de calidad, apreciada ya en importantes escenarios europeos, por los que  circula con cierta normalidad, teniendo claro dónde estamos y de dónde venimos. Arpa y saxofón fueron notables y las maderas muy bien en sus pianísimos. El Minueto (un poco más largo que el operístico) fue muy marcado en su rítmica e iniciado y rematado con singulares pianísimos. Emotivo el Adagietto con cuerdas con sordina y el Carillon final (también más largo) repitió las grandes dinámicas y tuvo firmes y conjuntas trompas en la imitación repetitiva de las campanas, con solos vistosos de flautas y oboes.

Leticia Moreno (Madrid, 1985) y su Nicola Gagliano, 1762, tiene bien asumido su virtuoso papel en la Fantasía sobre "Carmen", incluso desde la dramaturgia, pues su vestido rojo, su grácil figura y dominio técnico del instrumento, son valores que amplían la expresión musical; Sarasate respetó casi en su totalidad la orquestación de Bizet, que la OSCyL, levemente reducida, tradujo con eficacia y respeto a una solista que, de sus ancestros peruanos, posee temperamento y fuerza sobradas para hacerse oir sin dificultad. Aragonesa, Habanera (muy bien sus variaciones), Interludio, Seguidilla y Danza de gitanos (muy exigente por el tempo veloz que imprimió Fischer, que ella siguió sin especiales problemas), nos dieron una vibrante versión de la cigarrera sevillana, con ese matiz francés que Bizet tomó de la "espagnolade" transmitida en el XIX. Naturalmente, la Sala al completo se entregó a los intérpretes, en particular a Leticia que, en línea con el Programa, regaló una sensible e íntima versión de la Nana de las "7 Canciones españolas" de Falla, acompañada con especial finura por la pianista Irene Alfageme, que terminó de fascinar al Auditorio.

Gabriela Ortiz (Ciudad de México, 1964), compositora en Residencia con la OSCyL esta Temporada, presentó la primera muestra de su trabajo con Kauyumari (Ciervo azul, en lengua huichol mexicana), resultado del encargo de la Filarmónica de Los Ángeles, para celebrar el regreso a la normalidad tras el Covid. Ella cuenta que conoció la leyenda de ese ciervo azul, guía espiritual de la tribu de los huacholes, al que anualmente rinden homenaje inmersos en la atmósfera onírica que les provoca el alucinógeno de un cactus, el pellote, que les lleva a comunicarse con sus antepasados y convertirse en "guardianes del Planeta"  que aspiran mejorar. Parte así de un Canto huichol ancestral, que entonan dos trompetas en off, creando una atmósfera misteriosa que refuerzan flautín y percusiones, trasladada a contexto orquestal muy elaborado que simboliza al kauyumari y reflejar los efectos del pellote con complejas polirritmias, que conducen a la recuperación del curso normal del mundo. Son alrededor de 7 minutos que captan el interés del oyente, disfrutando de la excelente orquestación y de los variados ritmos. Fuertes ovaciones así lo testimoniaron.

Y en ese ámbito de leyenda prehispánica vino el trabajo de Falla en exitoso Ballet, sobre la novela de Pedro A. de Alarcón El sombrero de tres picos,  del que extrajo las dos Suites ofrecidas. Fischer obvió el carácter de danza y fue por la vía de la visión sinfónica, restando algo del específico carácter "español" y apoyando el virtuosismo y fuerza de la música escrita, con tempi rápidos, contrastes dinámicos y fortes trepidantes. La OSCyL siguió sin mácula esos presupuestos, aun cediendo en algún momento la claridad precisa, exhibiendo, eso sí, el alto nivel de todos sus solistas en sus variadas intervenciones y una cuerda que volvió a sonar vibrante y compacta al mando de Luis M. Suárez, que será concertino (más invitados especiales para algún programa específico) durante esta Temporada, hasta que el Titular elija uno fijo. El éxito obtenido y la vieja costumbre de hacer un encore en la apertura de Curso, obligaron a añadir en contexto, briosa Farandole de "L'Arlesienne" de Bizet. Éxito.

José Mª Morate Moyano

 

Leticia Moreno, violinista

Orquesta Sinfónica de Castilla y León / Thierry Fischer

Obras de G. Bizet, P. Sarasate, Gabriela Ortiz y M. de Falla

Sala Sinfónica "Jesús López Cobos" del CCMD de Valladolid                                                                                                                                                                

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