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Crítica / La linda pantomima de Cenicienta - por Francisco Carlos Bueno Camejo

Valencia - 19/02/2023

“Cendrillon” (La Cecinicienta) es una linda pantomima, una opéra comique de bolsillo escrita por Pauline Viardot, una de las hijas del creador de la canción española, el sevillano Manuel García. Estrenada cuando la cantante se encontraba ya en sus años invernales, frisando los 83 años, en el año 1904, tenía como precedente inmediato la ópera homónima de Massenet, estrenada en 1899.

En esta operita de poco más de una hora de duración hay recuerdos a las mazurkas de Chopin, en las arias del Hada; y, en la música que se agregó, no faltaron las habaneras de Sebastián Yradier, -contemporáneo de los mejores años de la contralto Pauline Viardot-, romanzas y canciones de Manuel Penella, Federico Chueca, Manuel Fernández-Caballero y el hijo de Quinito Valverde.

 La escenografía, infantil, de cuento de hadas, muy apropiada para el argumento. Poseía el aspecto de un teatrín, confeccionado con recortables, que, al abrirse, podrían apreciarse el mobiliario de cocina, alusivo a los quehaceres domésticos de la Cenicienta. Los vestuarios fueron confeccionados con espíritu caricaturesco, sobre todo los de las hermanastras de Cenicienta, con salvavidas y cortinajes.

Un buen semillero de jóvenes cantantes interpretó esta joyita. Son artistas que, además, saben comportarse como actores, un rasgo de las interpretaciones del teatro lírico en el siglo XXI, diferentes a las de la centuria anterior, en donde los cantantes apenas gesticulaban en la escena.

Este sesgo actoral agrega gracejo a la interpretación, y el público lo agradece mucho. La soprano Pilar Garrido destacó por sus coloraturas. La también soprano Rosa Dávila brilló con un centro vocal muy esmaltado, con la belleza de una soprano lírica. Divertidos cometidos de la mezzosoprano Mariana Sofía y la soprano Iría Goti.

El barítono Marcelo Solís progresa en sus dimensiones canoras como barítono lírico, salpimentado con esa característica “vis” cómica. Álvaro Diana es un tenor de noble timbre. Otro tenor, Maximiliano Spósito, convenció por su voz ancha, sólida en su gama. Fantástico Ignasio Aparisi sentado en el piano.

Francisco Carlos Bueno Camejo

 

“Cendrillon”, Opérette de salón en tres cuadros, escrito por Pauline Viardot.

Marcelo Solís, barítono (El Baron de Pictordu); Rosa Dávila, soprano (Cendrillon); Mariana Sofía, mezzosoprano (Armelinde); Iria Goti, soprano (Maguelone); Pilar Garrido (El Hada), soprano; Álvaro Diana, tenor, (El Príncipe Charmant); Maximiliano Spósito, tenor (El Conde Barigoule).

Dirección de escena: Joan Font. Escenografía: Manuel Zuriaga. Vestuario: José María Adame. Iluminación: Nadia García. Coreografía: Fátima Sanlés. Dramaturgia y diálogos: Anselmo Alonso-Soriano. Piano: Ignacio Aparisi.

Palau de Les Arts, Teatre Martín y Soler, 18 de febrero, 19 horas.

 

Foto: Equipo artístico de “Cendrillon” (La Cecinicienta).

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