El cuarto programa de abono de la temporada 2024/2025 de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, a cargo del titular de la agrupación Karel Mark Chichon, estuvo dedicado a la música española, por la que Chichon ha demostrado en numerosas ocasiones una especial sintonía, e incluyó piezas de los tres grandes de la música nacionalista española: Albéniz, Granados y Falla, junto a Turina.
La velada se abrió con Suite española op. 47 de Albéniz en la orquestación realizada por el celebrado director de orquesta Rafael Frühbeck en los años sesenta del pasado siglo. Las piezas pianísticas originales pertenecen al primer periodo de Albéniz, antes de su obra maestra absoluta, la Suite Iberia, y están basadas en los temas populares más característicos de cada una de las zonas geográficas que representa. Frühbeck realizó una orquestación eficaz, utilizando los mimbres de una moderna orquesta sinfónica, con maderas a tres y una amplia sección de 8 percusionistas, que en manos de Chichon sonó rutilante y bien conjuntada, sin dejar ningún cabo suelto, contrastando acertadamente los pasajes expansivos con los líricos, generalmente una copla, obteniendo una admirable respuesta de los músicos. Lástima que se limitara a ofrecer 4 de los 8 números de que consta la suite: Sevilla, Granada, Asturias y Castilla, más cuando la duración total del programa era de solo 60 minutos.
El Intermezzo de la ópera Goyescas de Granados obtuvo una interpretación vehemente y sensible, que propició el lucimiento de una sección de cuerdas sedosa y empastada y las siempre finas maderas.
La Rapsodia Sinfónica de Turina para piano y cuerdas, ofrecida en conmemoración de los 75 años de su fallecimiento, tuvo en el grancanario Isaac Martínez Mederos a un pianista de radiante sonoridad, riguroso en la digitación y de sensible fraseo, en diálogo constante con una sección de cuerdas de nítidos contornos y sonoridades hispanizantes muy agradecidas para el oyente.
Cerró programa El amor brujo de Falla en la versión definitiva de ballet con parte cantada. Como viene siendo habitual en los últimos tiempos, el canto se encomendó a una cantaora, algo plenamente válido por el carácter de la pieza y refrendado desde sus primeras interpretaciones, aunque no es la única vía posible y ahí están las históricas grabaciones de Victoria de los Ángeles y Teresa Berganza para demostrarlo. Se contó con la prestigiosa cantaora Estrella Morente, que hizo una lectura flamenca, apasionada pero sin excesos extemporáneos, muy metida en su papel de Candela, con un movimiento corporal, amagos de danza incluidos, siempre en situación. Es cierto que lo que ganamos en veracidad racial lo perdimos en equilibrio sonoro y matices, la amplificación de Estrella Morente impedía cualquier sombreado o modulación de volumen, manteniendo un equilibrio y empaste artificiales con la orquesta. Chichón dirigió con garra y acertado estilo, haciendo uso de un fraseo por momentos incandescente, muy atento a la parte vocal, con certeras prestaciones de los solistas de la orquesta: concertino, cello, trompeta, aunque en pasajes como la Introducción del inicio o el final eché en falta una gradación de intensidades menos intempestiva.
Juan Francisco Román Rodríguez
Isaac Martínez Mederos, piano. Estrella Morente, cantaora.
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Karel Mark Chichon.
Obras de Albéniz/Frühbeck de Burgos, Granados, Turina y Falla.
Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.