Hace menos de un mes comentaba la arrolladora interpretación que el barítono Andrè Schuen y el pianista Daniel Heide hicieron del maravilloso ciclo de lieder schubertiano La bella molinera. Aquello fue un torrente de vitalidad, desesperación, juventud apasionada, fue tal la conmoción que fui bastante reticente a la hora de mis expectativas respeto a la interpretación del mismo ciclo por parte de dos veteranos consagrados en este repertorio, el barítono Christoph Prégardien y el pianista Roger Vignoles.
Pero he aquí que los “veteranos” comenzaron el recital para el Ciclo de Lied del CNDM en el Teatro de la Zarzuela y cualquier reticencia se fue borrando hasta convertirse en una rendida admiración por lo que estaba escuchando. Prégardien y Vignoles se entregan a la interpretación del ciclo con la minuciosidad de orfebres, su trabajo es de un refinamiento fuera de serie, sin por eso renunciar a la emoción. Moldearon con una infrecuente expresividad el contenido de cada lied dándoles el tono justo. Fue un paseo por la ensoñación, el amor, la tristeza y la resignación.
La voz de Prégardien, en su origen de lírico muy ligero, se ha enriquecido con los años adquiriendo tintes barítonales que la hacen muy idónea para el repertorio liederístico. Su centro se ha ensanchado y ciertos imperceptibles estrechamientos en la zona aguda no le impiden dar un rendimiento pleno de musicalidad y belleza. Se haría interminable mencionar cada una de las gemas que nos ofrecieron Prégardien y Vignoles durante el concierto, cada una con el color apropiado y el brillo idóneo. Su rendición de la obra fue clásica pero cargada de una poesía de alto vuelo, intensa, matizada. Una maravilla.
Como colofón nos regalaron dos antológicas recreaciones de El tilo y Noche santa.
Otra Bella molinera inolvidable.
Francisco Villalba
Christoph Prégardien, tenor. Roger Vignoles. piano.
La bella molinera de Franz Schubert.
Ciclo de Lied del CNDM, Teatro de la Zarzuela, Madrid.
Foto: Recital de Christoph Prégardien y Roger Vignoles en el Ciclo de Lied del CNDM / © Rafa Martín