A estas alturas de las Jornadas Internacionales de Canto Coral “Ciudad de Borja”, después de treinta y ocho años de existencia, muchos de los cuales hemos vivido en primera persona, ya no nos sorprende la elevada calidad de los intérpretes que cada año actúan en ellas. Agrupaciones corales, unas notables, otras sobresalientes, siempre dadoras de grandes momentos musicales y que se erigen en escaparate del riquísimo repertorio polifónico presente y pasado que se canta alrededor del mundo. No podíamos esperar menos en esta ocasión máxime cuando actuaban tres formaciones que en ocasiones precedentes pasaron arrasando por las Jornadas.
Uno de ellos, el aleman Daarler Vocal Consort, en su tercera visita a las Jornadas borjanas, ofreció un programa sorprendente, incluso algo desconcertante por salirse por completo de los cánones. Con un trio de jazz incorporaron recreaciones de obras como Maria Matrem del Llibre Vermell de Montserrat, hicieron improvisaciones (Jesaiah 9 o Between Heaven and Earth), intercalaron estándares de jazz como Peri’s Scope o When I fall in Love de Bill Evans) con obras de Francis Poulenc (Un soir du neige) Thomas Krámer (Neues Abendlied), Burkhard Kinzler (Ubi Deus?), Ko Matsushita (Ubi caritas) y el propio director (Veni!) entre otras. Concierto singular más acertado en lo vocal que en lo instrumental y una apuesta a opiniones enfrentadas.
Convivium Singers defendió con sobrada solvencia un difícil repertorio salpicado por densas polifonías. Obras, entre otros, de Tomás Luis de Victoria, Henry Purcell, George Arthur, Robert Lucas Pearsall y sobresaliendo, unos estremecedores Negro Spirituals del oratorio A Child Of Our Time de Michel Tippett. El coro, de plantilla variable e integrado por miembros de otras formaciones británicas, seleccionó un elenco de cantores que actuaba por tercera vez juntos, lo que incrementa el mérito de sus interpretaciones.
El coro germano I Vocalisti fue la gran revelación. Musicalidad, técnica impecable y comunicación con el público amén de un programa interesante y atractivo donde los haya. Cantaron obras como el Pater noster de Charles Gounod, los Cantate Domino de Ugis Praulins, de Alwin Schronen y el de Josu Elberdin, Ergebung de Hugo Wolf, Mironczarnia de Jakub Neske, Canticum novum de Michael Ostrzyga, De profundis de Josef Karai, etc. Con todas ellas demostraron estar en la élite de los grandes. Para rizar el rizo venían acompañados por Anna-Maria Hefele, cantante experta en canto difónico, técnica que domina y maneja de un modo casi sobrenatural quien tanto en solitario como con el coro en la obra Four styles de Wolfgang Saus, sorprendió, asombró y encandiló a los asistentes.
Oreya, de Ucrania, era el coro más esperado por el magnífico recuerdo de ediciones anteriores, con la iglesia abarrotada, superó las expectativas generosamente. Su perfección es sobresaliente. Se baten exitosamente con cualquier autor y género. Por citar alguna de sus señeras versiones, mencionar la de Lord Jesus Christ de Alfred Schnittke, la más emocionante que hemos escuchado, o con un espectacular a la vez que sublime encaje de sus tres grupos vocales que sonaron como un órgano, o el impoluto Sanctus de la Misa de Frank Martin para doble coro. De Claudio Monteverdi Si, ch'io vorrei morire es difícil cantarlo con mayor sutileza y con su interpretación del teatral Leonardo Dreams of His Flying Machine de Eric Whitacre introdujeron a los oyentes en el sueño de Da Vinci gracias a unas voces que plasmaron la intencionalidad del autor de la música de modo convincente.
El último grupo en actuar también era conocido pues había estado en la edición de 2006. Los filipinos de Ateneo Chamber Singers, con un granado curriculum trufado de importantes premios corales, ofrecieron un concierto que corroboró la elevada talla artística de la que ya dimos fe en su anterior visita. Se metió al público en el bolsillo por el excelente trabajo de técnica vocal que desarrollan, por su brillante sonido, las esmeradas dinámicas y su cuidada expresividad, mención aparte de su ya conocida simpatía. Destacaríamos la interpretación de Darthulas grabesgesang de Johannes Brahms, I have had my invitation de Vytautas Miškinis y Ama mi del compositor y miembro del coro Von de Guzmán.
Es notorio tras estas cinco sesiones corales que el paso del tiempo sienta bien a esta fiesta de la música coral que tiene lugar en el somontano del Moncayo, en la ciudad de Borja, localidad que puede jactarse de tener una población con una enraizada y sólida afición musical que les lleva a mantener vivas, junto al apoyo del Ayuntamiento de Borja y de la Diputación Provincial de Zaragoza, estas Jornadas Internacionales de Canto Coral.
Por: Victor Rebullida
Foto: Daarler Vocal Consort
Daarler Vocal Consort, Georg Grün, director, Convivium Singers, Alex Norman, director,
I Vocalisti, Hans-Joachim Lustig, director, Oreya, Alexander Vatsek, director,
Ateneo Chamber Singers, Jonathan Velasco, director.
Polifonía religiosa, profana y popular.
XXXVIII Jornadas Internacionales de Canto Coral “Ciudad de Borja”.
Iglesia Colegial de Santa María, Borja (Zaragoza)
31 de octubre a 4 de noviembre de 2018