Es posible el puente desde Ravel a Gershwin, y para muestra el concierto escuchado. El Ravel del Concierto en Sol M., con un pianista que practicaba las síncopas acentuadas con una obsesiva precisión sobre unas portentosas dinámicas. En el movimiento lento, estaba presente las huellas del último estilo de Fauré: un ritmo es muy sencillo con predominio del diatonismo, con nuevos acordes en lugar del cromatismo, pero la perceptible influencia jazzística, sobrevuela los movimientos extremos, que para el intérprete quedaría como una necesidad de centrarse en la captación de esas consentidas influencias y que no resultan elementos gratuitos, que también sabría compartir con Prokofiev o Stravinski.
El Ravel que en el Presto, arrojará todo prejuicio por la borda. Es por ello, que la obra resulta un dechado de modernidad, por el beneficio de esa libertad rítmica. George Gershwin en uno de sus musicales por excelencia, y del que tuvimos la obertura de Funny Face, un perfecto enlace con Ravel en sus pizcas jazzísticas, alimentando uno de sus musicales por excelencia, con obvia adaptación cinematográfica. Breve página que nos aporta a esas ligerezas escénicas que el neoyorquino supo destilar en sus espectáculos irresistibles y cuyos cantables han llegado hasta los más exigentes divos de la lírica con reparos.
William Walton en un cambio de aires por la Sinfonía nº1, en Si b m., llena de propuestas en sus cuatro tiempos, mereciendo cada uno de ellos la consideración de poema sinfónico. Extensa y excelentemente resulta, vive de ciertas influencias nórdicas, dentro de un orquestación poderosa. La tonalidad, ayuda a la recreación anímica manifiesta en cada tiempo. Walton transitaba otras formas que confluían con las sinfonías y ello se refleja en obras como la seguida.
El detalle del segundo tiempo, en su enérgica conclusión, que el autor nos sorprende con una inesperada ruptura, pero que añade un aliciente a mayores. Un tercer tiempo al que daba entrada un colorista solo de flauta y el final, en un crescendo galopante que un ningún momento nos deja la impresión de una sobrecarga desmedida. Walton desborda lo mejor de una actitud creativa que gana enteros en las posibilidades de una sala de conciertos. Una tarde de respetable gloria de reconocimiento para Paul Daniel por la inclusión de esta sinfonía.
Ramón García Balado
Ciclo Ángel Brage
Kun-Woo Paik. Real Filharmonía de Galicia / Paul Daniel.
Obras de G.Gershwin, M.Ravel y W. Walton.
Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela
Teatro Afundación, Vigo