Largos y fructíferos años de vida en la ciudad, hacen de JJ.MM. bastión fundamental en la vida musical vallisoletana, difundiendo el nivel profesional de contrastados jóvenes locales y foráneos. En esa línea, iniciaron Curso con el pianista ruso de 19 años, Aleksandr Kliuchko, Tercer Premio en la XIX Edición del Concurso Internacional de Santander.
Su programa, bien trazado, tuvo nexo común en el difícil momento personal de sus autores. La Sonata nº 17 en Re m., op. 31/2 del Beethoven afligido por su segura sordera, apodada “La Tempestad” (como el drama de Shakespeare por su audacia y agitación), nos mostró un pianista cuajado, de infalible mecanismo e ideas claras, dominando relaciones y estilos, sólo alguna dureza propia del impulso juvenil. Su Chopin: Scherzo nº 1, op. 20 en Si m. (con los polacos alzados), dramático “presto con fuoco” sin problemas para él y Balada nº 2, op. 38 en Fa M., onírica y con compás marcado por la métrica del poema que la inspira, resultó de alto y grato nivel. Schumann, también en complicado período, hizo Noveletten, op. 21, como cuentos de aventuras, de las que sonó la nº 8 en Fa#m.-Re M., 2 piezas en una, apasionado estudio y marcha, con su enlace romántico y vuelta, con expresión, contraste y gracia modélicos, cerrando un atractivo y ovacionado concierto.
El IX Ciclo “Músicos vallisoletanos” trajo tres modalidades: Canto, Trío y Fusión. Inauguró el dúo María Martín, soprano - Óscar Lobete, piano, inspirados en la escultura a Bécquer, “Los 3 Amores” del sevillano Parque de María Luisa: ilusionado, poseído y perdido; tres bloques de similar estructura, con 3 Rimas estreno del segoviano J. Rubén Cid sobre las 14, 16 y 30 del poeta, ésta especialmente buena; el op. 21 de Fauré y Schubert, D. 118 y 857, como base y Händel y Bellini, complementos. María, I Premio en el Internacional de Logroño’2018, ya en elencos de Oviedo, Bremen, Osnabrück y Hamburgo, técnica vocal y respiratoria excelente que le permiten emisión relajada, colocación perfecta, paso sin problemas y con volumen, ideal para trabajo escénico de su línea lírica, aún debe agilizar más la coloratura para el Barroco; aún así, muy buena versión del recitativo, aria y aria de bravura de Cleopatra en “Giulio Cesare in Egitto” de Händel, del Poema de un día, 2 y 3, de Fauré, Delphine de “Lacrimas” de Schubert y recitativo y aria de Giulietta en “Capuleti e i Montecchi” de Bellini, apoyada por experto, conocedor y atento Lobete al piano, aquí como en todo el recital.
C. Orobón, clarinete, delicados sonido y musicalidad; C. Alfonso Nicolás, cello, homogéneo y preciso y P. Alonso, piano, sensible y atento, forman el Trío Welterusten, que ofreció un programa de altura, trabajado a la perfección sin fisuras en afinación, conjunción y gusto, jóvenes pero con buena formación avalada en Dinamarca y Holanda. Tres Tríos: op. 11 de Beethoven, con más calidad que cantidad inútil); de interés el de Nino Rota, aroma irónico de Poulenc, brío de Prokofiev y expresión y melodismo propios; y el op. 114 de Brahms, la perla del concierto por partitura y versión, con un Adagio hermoso, sencillo y variado, donde los “ Welterusten” dieron prueba clara de su profundo estudio y técnica conjunta.
Culminaron, “Al Aire”: Raúl Olivar, guitarra flamenca y Miguel A. Recio, piano, que cultivan la fusión LatinJazz-Flamenco, gracias a su sólida formación académica que les permite crear y versionar temas de diferentes palos que, en sus 12 años como dúo, les ha llevado a México, Alemania o USA con el mismo éxito que aquí. Son no sólo ritmo sino inspirada improvisación y respeto a los originales o a sus temas propios. De la balada al jazz-bossa, de la bulería al tango o al bebop de Ch. Corea, de Serrat a Paco de Lucía, Bonfi o Matamoros, todo fue un clamor rematado con un elaborado “Yesterday”, que el público abundante día a día aclamó.
José Mª Morate Moyano
Aleksandr Kliuchko / María Martín-Óscar Lobete / Trío Welterustern / Al Aire.
Obras: Beethoven, Chopin, Schumann / J. R. Cid, Fauré, Schubert, Händel... / Beethoven, Brahms, Rota / Corea, Serrat, Bonfi, Matamoros, Olivar…
Sala Delibes del Teatro Calderón de Valladolid.
Foto: Alexandr Kliuchko.