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Crítica / Justo reconocimiento a la música de Domènec Terradellas - por Simón Andueza

Madrid - 21/01/2025

La primera cita de este flamante año en el ciclo Universo Barroco hizo honor a la quintaesencia del Centro Nacional de Difusión Música. Esto es, la recuperación de uno de los autores de nuestro patrimonio musical más olvidados injustamente. En este caso la ocasión, pudimos disfrutar de una de las creaciones fundamentales de la producción de Domènec Terradellas (1713-1751) y además acercar su figura al gran público mediante actividades paralelas realmente esclarecedoras.

Para ello los responsables del CNDM realizan, como viene siendo habitual en las últimas ediciones del ciclo en los denominados Contextos barrocos, una charla previa al concierto una hora antes de que éste comience. El tristemente fallecido Eduardo Torrico comenzó estas sesiones en donde se repasa brevemente la obra a interpretada, su autor y su contexto, y en donde se cuenta también con la encomiable participación de algunos de los músicos que participan en la representación. Me atrevería a decir que más de un centenar de personas satisficieron su curiosidad y conocieron más de cerca la figura de Terradellas y su obra gracias a la labor actual de Mario Muñoz como maestro de ceremonias y ponente que para la ocasión invitó a dar unas breves pero apasionantes apreciaciones a Dani Espasa, director musical y clavecinista de Vespres d’Arnadí, y a Alicia Amo, soprano solista y protagonista principal de Giuseppe riconosciuto.

Quienes asistieron a la charla obtuvieron una valiosa información sin desembolsar ni un euro adicional a la actuación musical, que sin lugar a duda aumentó con creces su apreciación por la música interpretada como por sus intérpretes.

Domingo Miguel Bernabé Terradellas nació en Barcelona en 1713, en donde estudió seguramente en la Catedral barcelonesa con Francesc Valls. Pero su estilo napolitano lo obtuvo gracias a forjó su madurez compositiva en Nápoles de mano de Francesco Durante y Gaetano Greco, dos de los principales maestros de este efervescente centro musical europeo, en el Conservatorio dei Poveri di Gesù Cristo.

Giuseppe riconosciuto es un oratorio de inusual forma operística, ya que contiene todos los elementos formales y dramáticos de una ópera, pero no llega a poder considerada como tal, en parte dada su temática sacra, pero también por la peculiaridad representativa de los oratorios napolitanos dieciochescos. Terradellas es considerado de hecho como un compositor italiano, tal y como indica su italianizado nombre por el que es más conocido internacionalmente, Domenico Terradeglias, caso similar a nuestros Domingo Scarlatti o Luis Boquerini.

La interpretación musical puso en escena Giuseppe riconosciuto mediante una orquesta de medianas dimensiones para lo que estamos acostumbrados a contar en este ciclo. Vespres d’Arnadí apareció en el escenario como 4 violines primeros, 4 violines segundos, 2 violas, 2 violonchelos, 2 contrabajos, 2 oboes, 2 trompas, un fagot, archilaúd y clave. El conjunto instrumental catalán historicista fue sin duda el valor musical interpretativa de mayor envergadura de la velada. Ya desde la bella obertura inicial, la orquesta se mostró llena de energía y de entusiasmo, sin duda contagiada por la fantástica labor de su director y clavecinista.

Dani Espasa denota y transmite en todo momento su amor y pasión por la música, sea cual sea su estilo o autor, imprimiendo un característico e hipnótico movimiento a sus interpretaciones desde su banqueta del clave, sin que haga falta alzarse o dejar de tocar casi en ningún momento, manteniendo con su balanceo un natural y estable tempo manteniendo el tactus estable a todo el conjunto instrumental, pero que también permite una fluida, directa y sincronizada labor con los solistas vocales, tanto en los recitativos como en las arias, algo que muchos directores no logran lograr pese a no tener que ejercer la difícil labor de realizar las complejas armonías del bajo continuo durante más de dos horas de composición sentados en un rígido mueble de más de dos metros de envergadura a una altura de unos sesenta centímetros del suelo.

Como le iba narrando, la obertura fijó el alto estándar de calidad musical de la orquesta. Violines de bellísimo sonido con una ejemplar afinación y empaste, y de idéntica articulación, tanto primeros como segundos, que tuvieron la compleja labor de mantener las inspiradas melodías de la amplia creación de Terradellas, y que son la base de sus arias, ya que sus melodías siempre son introducidas primero por la orquesta antes de dar paso a los solistas. Además, la cuidada orquestación de casi todos los números vocales del oratorio, necesitan de un conjunto instrumental de alto nivel como el que pudimos disfrutar en el Auditorio Nacional. Esta parte instrumental, además, denotó el excelente cometido de su director junto a Farran James, la concertino de Vespres D’Arnadí.

El fraseo orquestal fue en todo momento exquisito, y tanto las dinámicas como la articulación de cada motivo denotaron una ardua labor orquestal de trabajo previo.  

Debemos reseñar también que tanto los dos oboístas como los dos trompistas supieron estar en consonancia con sus colegas de la cuerda, mediante unos sonidos ricos y siempre afinados que consiguieron dotar de un colorido brillante a la textura instrumental.

La inclusión de dos contrabajistas a esta orquesta de cámara de dos violonchelistas dotó de una rotundidad especial a la base armónica del conjunto en general.

Debemos reseñar, además, la formidable labor del bajo continuo armónico, tanto por parte de Jeremy Nastasi en el archilaúd, como del propio Dani Espasa en el clave, quienes dotaron de un rico y variado juego de arpegios y acordes a cada número, a la vez que permitieron su escucha en un activo ejercicio de variedad tímbrica y desempeño realmente activo y dinámico de sus respectivos instrumentos.

En cuanto al apartado vocal, la elección de tres sopranos y de una mezzosoprano para dar vida a tres roles ideados para que se interpretaran por castrati, evidenció un desajuste del registro de las actuales intérpretes sobre todo en el registro grave que fue soslayado en parte gracias a las argucias exhibidas en los Da capo de las arias, en donde la improvisación permite alterar la melodía principal ideada originariamente por el compositor, y que permitieron el lucimiento vocal de las solistas, especialmente del bello timbre de Alicia Amo, quien mostró una inteligente musicalidad y supo dotar de contrastes melódicos a sus melodías con un inteligente ejercicio de articulación.

Quien sí se mostró cómodo en su papel fue Rafael Quirant, sopranista encargado de dar vida a Giuda, hermano de Giuseppe. Cada intervención del joven cantante valenciano fue respondida con aplauso por parte del público, quien captó rápidamente la adecuación de Quirant a su personaje, y quien mostró un apabullante caudal vocal, especialmente en los pasajes más agudos como en el forte, exhibiendo además una facilidad aplastante tanto en el fiato como en las notas más extremas.

Igualmente se mostraron adecuados a sus roles los dos tenores que completaron el reparto vocal, Jorge Navarro Colorado, de bello timbre y facilidad en su registro, y quien mostró una especial predisposición por la expresión del texto, y Roger Padullés.

Una velada que devolvió felizmente la música de Domènec Terradellas a nuestros escenarios. El público supo apreciar la belleza de sus melodías pese a no haberlas escuchado nunca con una sincera ovación hacia todos los músicos.

Simón Andueza

 

Alicia Amo, soprano, Rafael Quirant, contratenor, Mercedes Gancedo, soprano, Anna Alàs i Jové, mezzosoprano, Jorge Navarro Colorado y Roger Padullés, tenores.

Vespres d’Arnadí, Dani Espasa, clave y dirección.

Giuseppe riconosciuto, Domènec Terradellas (1713-1751).

Ciclo ‘Universo Barroco’ del CNDM.

Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música, Madrid. 19 de enero de 2025, 18:00 h.

 

Foto © Rafa Martín

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