El pasado viernes volvía a Valencia el tenor Juan Diego Flórez en un concierto de arias de repertorio italiano y francés que prometía hacer las delicias del numeroso y entregado público que abarrotaba la sala, aún a pesar de las limitaciones de aforo impuestas por el Covid.
El programa, elegido a conciencia con un cuidado exquisito del registro, lo integraban una selección de arias del repertorio que mejor se adapta a las cualidades de Flórez, un tenor lírico-ligero que abordó con inteligencia y maestría este magnífico recital.
Como ya es habitual, Flórez se mostró el rey absoluto en los agudos, que domina con elegancia y buen gusto. Su voz fresca y clara sobresale en las arias a las que aporta además un elegante fraseo bien construido y contenido, acariciando todas las terminaciones, y una fluidez del legato con efusiones románticas que aportan el contrapeso a su voz ligera y de tonos claros.
Los alardes técnicos se intercalaban con un gusto exquisito, como en “Una furtiva lagrima” de L’elisir d’amore de Donizetti, con un manejo de la dicción perfecta y una administración del aire impecable.
Abordó con igual inteligencia las arias de tenor lírico ligero más propias de las características de su voz, como las de repertorio más lírico que en principio necesitarían una voz más ancha y que sorteó con maestría llevándolas a su terreno con su buen gusto y su lirismo desbordante como en “Che gélida manina” de La Bohème de Puccini que finalizaba el recital.
Y tras el alarde operístico, Flórez apareció de nuevo en escena, como ya viene siendo habitual, acompañado de su guitarra haciendo enmudecer a la orquesta y enloquecer al respetable.
Siguiendo con su maestría técnica en todos los registros, demostró por qué goza del entusiasmo del público con su dominio de la escena y su carisma elegante y abierto a la vez que seguro de sus posibilidades. Interpretó nada menos que cinco propinas, algunas de ellas como el “Cucurrucucú paloma” de Tomás Méndez, a petición de sus numerosos fans que abarrotaban el teatro, regalando momentos de extremada belleza, sensibilidad, maestría y musicalidad.
Es de justicia resaltar que la acústica y la decadencia del Principal no es el mejor enclave para un concierto de estas características, pero las circunstancias del Palau son las que son y había que adaptarse a los medios. Por eso nos parece más reseñable destacar que, a pesar de los múltiples impedimentos que plantea acústicamente esta sala para la orquesta, cuyo sonido muchas veces se perdía entre bambalinas y carecía de la proyección necesaria, aún así la experiencia operística de Ramón Tebar con la Orquesta de Valencia supo mimar el acompañamiento a medida del tenor como un fino guante de seda y construir un concierto digno de los numerosos aplausos y elogios recibidos del público.
Carolina Bellver
Juan Diego Flórez, tenor.
Orquesta de Valencia, director: Ramón Tebar.
Obras de Rossini, Donizetti, Verdi, Gounod, Giordano, Cilea y Puccini.
Valencia. Teatro Principal. 28 de mayo de 2021.
Foto © Foto Live Music Valencia