Los apoyos económicos para uno de los grandes proyectos musicales de Andalucía, la Orquesta Joven de Andalucía, no han hecho más que decaer, cuando supone la oportunidad para que nuestros jóvenes músicos aprendan de grandes profesores especialistas y luego hagan una puesta en común a las órdenes de un reconocido maestro en el podio y/o un enorme solista. Últimamente tanto esfuerzo quedaba reducido a un concierto en el Maestranza; sin embargo, cuando se cumplen los 15 años de la Fundación Barenboim-Said y los 25 de la OJA se ha añadido otro más en Almería, y aún así quedan seis provincias descartadas.
Los que sí han apostado por los jóvenes han sido los mencionados director y solista. Juanjo Mena es hoy día una figura mundial, y si no queremos leer su espectacular currículo, sepamos que tras este concierto dirigirá la mítica Tonhalle Orchester Zürich. Y no hace falta mucha imaginación para saber lo que un director de este calibre puede aportar a estos músicos: la Consagración de la primavera supone un auténtico examen orquestal, no sólo por la participación de las secciones y solistas de la orquesta, sino por la dificultad técnica que la obra exige del conjunto, a la vez que por una gran claridad de ideas al director, de dominio de la paleta orquestal, de visión global y conceptual de la obra. Sus extremos contrastes, la pulsión interna hasta en los pasajes menos encrespados o el rico colorido todavía hoy nos sorprende, y más aún la connivencia entre maestro y orquesta para resaltarlos. Luego hubo una complicidad absoluta con Perianes, del que sentimos la mejor actuación que le recordamos, máxime cuando el clasicismo no es el repertorio que más ha frecuentado.
El pianista nervense destacó en el Concierto nº 27 mozartiano por la claridad de exposición, y muy especialmente en los pasajes más delicados, de manera que es muy difícil de recordar a alguien que llegue a pianísimos tan acusados sin perder la articulación de la frase. En directo no recordamos a otro (y en disco no nos vale). Mucho equilibrio, mucha proporción, pero destacando las frases y buscando la oposición dentro del estilo, a lo que ayudó el piano que se trajo. Mena, como decimos, le siguió de cerca, manteniendo a la orquesta detrás, con un nivel muy alto de afinación y ajuste. Qué entusiasmo el de los chavales, qué buen hacer, y qué entrega la de director y solista.
Carlos Tarín
Javier Perianes, piano. Orquesta Joven de Andalucía / Juanjo Mena.
Obras de Mozart y Stravinski.
Teatro de la Maestranza, Sevilla.
Foto: Javier Perianes, piano, con la Orquesta Joven de Andalucía y Juanjo Mena
(foto de © Luis Castilla / Fotografía)