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Crítica / Josep Vicent y Sáinz-Villegas brillan en Madrid - por Esther Martín

Madrid - 16/04/2023

Crítica / Josep Vicent y Sáinz-Villegas brillan en Madrid - por Esther Martín

Miércoles de Ibermúsica en el Auditorio Nacional con colas en el exterior y expectación en el interior del edificio. La razón esta vez era el triple estreno en el ciclo del guitarrista Pablo Sáinz-Villegas, el director Josep Vicent y la Orquesta Nacional de Bélgica. Pero no solo los músicos eran un atractivo esa tarde, la programación también tenía sus anzuelos, lo que es muy de agradecer.

La programación, repartida en dos partes, era equilibrada en tiempo, al menos en origen, pero según se desarrolló todo, el peso de la primera rompió esta armonía; ahora se expondrán las razones.

Comenzó la velada con una de las obras más famosas de Cesar Franck para orquesta; pocas veces escuchada en directo, el poema sinfónico El cazador maldito cuenta la historia de un conde que es castigado por salir a cazar durante el Sabbat cristiano, desobedeciendo así el descanso propio de esa fecha. En ella, las sonoridades graves del viento (para ello se añadieron más fagots de los habituales, entre otras cosas) se alternan con las cuerdas y provocan una atmósfera oscura que envuelven el ambiente de una sensación adversa. Mientras suena, se aprecia a la orquesta en un baile que alterna el protagonismo de unos a otros y que en esta ocasión la batuta de Josep Vicent se esforzó por dotar de la máxima expresividad. Consiguió que la Orquesta de Bélgica respondiese a todos sus estímulos, aunque en las dinámicas se echó de menos más volumen, lo que no mermó en absoluto el entusiasmo de un público satisfecho.

Después llegó el turno del guitarrista riojano Pablo Sáinz-Villegas, que interpretaría el Concierto de Aranjuez, una obra versionada hasta la saciedad, y por ello, peligrosa para el solista. Prescindió la orquesta de algunos músicos para adaptarse a la partitura de Joaquín Rodrigo y comenzó a sonar una de las obras más famosas de la música española. Estuvo Sáinz-Villegas muy acertado en todas sus decisiones, el tempo, la paleta sonora del instrumento, la musicalidad, su diálogo con la orquesta... y su expresividad corporal, que sin ser desmedida, mostraba que estaba disfrutando de su trabajo.

Fue creciendo según transcurría el segundo tiempo y terminó el tercero con una tensión que dejó al público entusiasmado. Le ayudó en esto la orquesta que lo acompañaba, acoplada a la perfección a la sonoridad de la guitarra clásica, tan difícil de medir y hacer brillar, y su director, que estuvo pendiente de que el trabajo fuera conjunto. Resplandeció la obra en esta versión, espléndida, del Concierto de Aranjuez.

Aplausos y más aplausos, llegó el bis y regaló el guitarrista otra de sus grandes interpretaciones, la de la Gran Jota de Tárrega. Plagada de técnicas diferentes y virtuosismos, fue un placer escucharla y verla en directo, y suscitó un nuevo bis. Recuerdos de la Alhambra terminó esta primera parte con un público entusiasmado y con uno de los mejores intérpretes que tiene ahora mismo España, agradecido.

La segunda parte también contenía obras atractivas. La valse de Ravel fue encargada como música para ballet pero su grandeza terminó convirtiéndola en un poema sinfónico únicamente para orquesta. La Nacional de Bélgica, perfecta en su musicalidad, tardó en que las dinámicas se hicieran diferenciadoras, pero de nuevo, el brío de Vicent consiguió sacar lo mejor de esta orquesta.

Y llegó así la última obra que se interpretaría esa tarde. El Bolero de Ravel, que como sucedía con el Aranjuez, es una obra tan popular que programarla es muy peligroso: los músicos deben defender con firmeza su versión para responder a las expectativas. Lo consiguió esta orquesta, gracias al trabajo conjunto y la inestimable dirección de Josep Vicent, luchador hasta el final, los condujo con claridad y mucho ánimo por esa eterna frase musical que en sus sucesivas repeticiones va incorporando músicos y música. El público aplaudió satisfecho, y es que, ciertamente, la programación del concierto era de disfrute y los músicos supieron aprovecharlo.

Esther Martín

 

Orquesta Nacional de Bélgica. Director: Josep Vicent.

Solista: Pablo Sáinz-Villegas, guitarra.

Obras de Franck, Rodrigo y Ravel.

Ibermúsica, Auditorio Nacional, Madrid. 12 de abril de 2023.

 

Foto © Rafa Martín / Ibermúsica

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