Aprovechando la circunstancia de encontrarse grabando un disco para Deutsche Grammophon protagonizado por el tenor chileno-norteamericano Jonathan Tetelman, junto a su director artístico y titular Karel Mark Chichon, el quinto concierto de abono de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria consistió en una gala lírica a cargo de los anteriormente citados.
Tetelman, tras solo 5 años de carrera actividad profesional, está iniciando una prometedora carrera internacional, reforzada por su contrato con la discográfica alemana, para la que no le faltan medios: voz de tenor cálida y timbrada muy “mediterránea”, innegable musicalidad, personalidad extrovertida y comunicativa y un físico de galán acorde a los personajes que interpreta. Como es natural se encuentra en una fase de perfeccionamiento y depuración, imprescindible para que el duro trabajo realizado culmine en una primera figura con personalidad propia. En este momento, vocal e interpretativamente, se encuentra en la encrucijada entre lo lírico y lo spinto.
Su carácter extrovertido y pasional parecen inclinarlo hacia personales aguerridos, con un importante peso vocal, que ofrece con innegable acierto e intensidad: “La dolcissima effigie” de la Adriana Lecouvreur de Cilea, “Addio Fiorito asil” de la Butterfly pucciniana o “Mamma, quel vino é generoso” de Cavalleria Rusticada de Mascagni, le permitieron ofrecer un color homogéneo y luminoso, junto a una excelente proyección.
En las arias líricas, de Massenet y Bizet, que exigen un enfoque vocal más liviano y un sombreado más sutil, mostró dos timbres diferenciados. Uno diáfano y relajado, con menor peso y oscuridad, para todo lo que no sean los agudos en forte y otro más oscuro y corpóreo para estos, donde se apreciaron momentos de tensión que lo obligaron a pasar de puntillas por la frase “Porquoi me réveiller” para preparar el agudo posterior.
En “La fleur que tu m,avais jetée” de la Carmen de Bizet, el inteligente uso de la voz mixta le permitió un sonido más homogéneo y distendido, e incluir el regulador en el agudo final que casi nadie respeta. Considero un error la inclusión del “Di quella pira del Trovador verdiano. Sin el aria “Ah si ben mio” que la precede pierde su sentido y Tetelman no pudo superar el escollo de los 2 dos agudos, cuando la exhibición de estas notas es lo único que justificaría su inclusión.
Por su parte Chichon se mostró en su elemento. Arrebatado pero a la vez delicado y elegante en los fragmentos orquestales, condujo con mimo al cantante por los diferentes estilos, estimulando a la Filarmónica de Gran Canaria como él sabe hacer.
Juan Francisco Román Rodríguez
Jonathan Tetelman, tenor.
Orquesta Filarmónica de Gran Canaria / Karel Mark Chichon.
Obras de Cilea, Puccini, Mascagni, Massenet, Bizet y Verdi.
Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas de Gran Canaria.